"Una carnicería": la murciana de 'La Isla de las Tentaciones' denuncia el desastre de su operación estética

La concursante de la quinta temporada se hizo viral por su "Que le jodan, me voy a Murcia"

La cirugía fallida de Ana Nicolás, la murciana de 'La Isla de las Tentaciones' Me hicieron una carnicería

La cirugía fallida de Ana Nicolás, la murciana de 'La Isla de las Tentaciones' Me hicieron una carnicería

De los creadores del grito 'Estefanía', nació 'Que le jodan, me voy a Murcia': una de las frases más virales de la quinta temporada de 'La Isla de las Tentaciones'. Su autora, Ana Nicolás, es una murciana que se presentó al programa junto a su novio Cristian para poner a prueba su fidelidad.

Ahora, ya empezada la siguiente temporada de uno de los programas más polémicos de Telecinco, Ana ha anunciado su colaboración en el programa 'Solos' de Mitele Plus. Además, la murciana ha aprovechado para compartir con sus seguidores y los fans que la siguen a través de la plataforma de Mediaset todos los retoques estéticos que se ha hecho hasta la fecha.

Ana Nicolás cuenta el desastre estético por el que se ha operado dos veces

La murciana ha elegido su canal en Mtmad para sincerarse sobre unas intervenciones estéticas que finalmente no resultaron como ella esperaba. Además de contar qué ha ocurrido en el quirófano, la exconcursante de 'La Isla de las Tentaciones' ha confesado que desde que ocurrió todo tiene un gran complejo con su cuerpo.

Según ha contado, Ana acudió a una clínica para hacerse una operación de pecho. Pero lejos de salir con el resultado que esperaba se encontró que le habían hecho una auténtica "carnicería" en sus propias palabras.

Para arreglar el desastre de la primera intervención, la murciana volvió a someterse a una operación, aunque los resultados tampoco han sido satisfactorios e incluso se plantea entrar pasar una tercera vez por el bisturí.

Las secuelas psicológicas de la operación han sido tan graves que, la expareja de Cristian, ha confesado que "cuando tenía relaciones sexuales" con él no quería ni quitarse el sujetador.

Tras la primera operación, cuenta que fue a quejarse y la clínica le respondió que no se hacía cargo del problema porque esa era la forma de su pecho: "Creo que se podía haber elevado más y las cicatrices que me hicieron fueron una carnicería".