La semana pasada estalló una polémica inesperada en Twitter. Otra más. Está relacionada con la visita de los Rolling Stones a Madrid, pero no tiene nada que ver con el concierto multitudinario que sus 'Satánicas Majestades' dieron ante un Wanda Metropolitano entregado. El revuelo vino porque Mick Jagger se tomó una mañana cultural y acudió, como tantos otros turistas que pasan por la capital, al Museo Reina Sofía. Sin desmerecer al resto de obras de arte, el cantante británico tenía un objetivo claro: contemplar el 'Guernica' de Pablo Picasso.

Cualquier que haya pasado alguna vez por la pinacoteca madrileña recordará que la obra maestra del pintor malagueño está constantemente vigilada por trabajadores del museo cuya misión, además de evitar que alguien toque el cuadro, consiste en cerciorarse de que nadie le hace fotos. Está totalmente prohibido inmortalizar el óleo que refleja el bombardeo a esta localidad vasca. Pero parece que la norma no aplica para todos. O al menos eso interpretaron muchos cuando se publicó la foto de Jagger delante del 'Guernica'. El debate estaba creado.

¿Tiene sentido prohibir hacer fotos a un cuadro? Opiniones hay para todos los gustos: los hay que dicen que no tiene ningún sentido porque una simple búsqueda en Google basta para encontrar una reproducción exacta de la obra. Otros argumentan que luchar contra una multitud que solo busca la mejor imagen para colgar en redes sociales perjudica en gran medida a aquellos que buscan una experiencia cultural. En lo que todos coinciden es en que lo primordial es velar por la correcta conservación de estas manifestaciones artísticas.

Pero este lunes se ha abierto un nuevo capítulo. Una polémica incluso más profunda que la que protagonizó la eterna leyenda del rock. Esta vez el foco de las críticas ha sido Risto Mejide.

El presentador acudió a Roma y consiguió, dinero de por medio, visitar en solitario, sin soportar empujones ni prisas, los Museos Vaticanos. También pudo contemplar así la belleza de la Capilla Sixtina. El sueño de muchos al alcance de muy pocos. Pero, en el fondo, nada criticable.

El escándalo está, cómo no, en su Instagram. Aunque ha borrado la imagen objeto de la polémica, la huella sigue estando ahí. Risto Mejide subió una foto apoyado en la escultura 'Laocoonte y sus hijos', una obra de incalculable valor histórico. Al contrario de lo que ocurre con el 'Guernica' no está prohibido hacerse fotos con la obra. Pero, por descontado, en ningún caso está permitido tocar el mármol.

Además de las afiladas críticas al presentador, también han sido objeto de las iras de los tuiteros las personas que comentaron la foto con halagos antes de que desapareciera. "Como si estuviera en la barra de un bar y a todo el mundo le parece genial", escribió Juan Francisco Casas, uno de los primeros en hacerse eco.

Y, a partir de ahí, además de los reproches, llegaron los memes.