El divorcio de Bill y Melinda Gates ya es el divorcio del siglo. El reparto de su fortuna será la mayor división de activos desde que Jeff Bezos y su esposa MacKenzie se separaron a mediados de 2019.

La fortuna de los Gates, según Forbes, tiene un valor estimado de 130.500 millones de dólares (unos 110.000 millones de euros), lo que les convierte en las cuartas personas más ricas del mundo, detrás de Bezos (203.000 millones), Elon Musk (175.000 millones) y el propietario francés de artículos de lujo, Bernard Arnault (155.000 millones de dólares).

El fundador de Microsoft, de 65 años, y su esposa anunciaron el lunes en un comunicado a través de Twitter que se divorciarán después de 27 años de matrimonio. En él decían que si bien planean seguir trabajando juntos en la Fundación Bill y Melinda Gates, ya no creen que puedan seguir creciendo como pareja. En los documentos presentados en el estado de Washington, Melinda, de 56 años, describió su relación como "irremediablemente rota" y la hija mayor de la pareja, Jennifer Katharine, de 25 años, ha expresado públicamente en las redes sociales que la familia ha tenido que soportar recientemente una "época difícil". Ninguno de sus otros dos hermanos, Rory John (1999) y Phoebe Adele (2002), han hecho por el momento más declaraciones.

Aunque hasta la fecha no han trascendido los motivos de la separación (si bien Melinda se había quejado anteriormente de que su esposo tenía problemas para equilibrar el trabajo y la familia), el matrimonio, efectivamente, está roto, pero no su asociación como los mayores filántropos del planeta, a través de la Fundación que crearon en el 2000 y que ha contribuido con más de 41.000 millones de euros a causas que incluyen la erradicación de la polio y la malaria, la lucha contra el cambio climático, así como en tratamientos contra el coronavirus.

Sin acuerdo prenupcial

Si bien la pareja dice tener un acuerdo privado para dividir sus propiedades de titularidad compartida, así como sus intereses empresariales y su pasivo, los documentos judiciales presentados revelan que la pareja no tenía un acuerdo prenupcial cuando se casaron en 1994, lo que pone todas las miradas en cómo se van a repartir ahora la inmensa fortuna que han amasado. 

"Los abogados están sorprendidos de que no existiera un acuerdo prenupcial, dado que Bill ya había ganado sus primeros mil millones de dólares a la edad de 31, en 1987, el mismo año en que conoció a la entonces Melinda French. Ahora, sus innumerables activos están en juego", avisa el 'Daily Mail'. El rotativo asegura que Melinda no reclamará a Bill ningún tipo de pensión temporal mientras se dirime el juicio, que podría celebrarse en un año.

Eminentes abogados

Según el diario, Gates ha contratado para que le represente en su divorcio a un abogado amigo de Warren Buffet, el famoso inversor, filántropo y otra de las grandes fortunas del planeta. Se trata de Charles T. Munger, de 97 años, con amplia experiencia en negocios, bienes e inversiones, ya que es el vicepresidente de Berkshire Hathaway, el fondo de inversión de Buffet, de cuyo consejo de administración, así como del de Microsoft, dimitió Gates en mayo de 2020 para dedicarse por completo a su fundación. Munger ("el pensador más grande que jamás haya conocido", asegura Gates), se divorció de su primera esposa en 1950, y lo perdió todo en el proceso, pero luego volvió a casarse y recuperó con creces su fortuna.

Por su parte, Melinda también ha contratado a un equipo de cuatro abogados de dos gabinetes distintos, con sede en Nueva York.

Un imperio en juego

En ausencia del acuerdo prenupcial, el único acuerdo relacionado con el divorcio será el "contrato de separación" privado que los Gates dicen tener. Con él se repartirán el imperio Gates.

Esta fortuna incluye mansiones en Washington, Florida, California y Wyoming; una flota de automóviles de lujo entre los que se encuentra un raro Porsche de 1,6 millones de euros; una colección de arte que incluye un libro de escritos y bocetos de Leonardo Da Vinci, de otros 30 millones, y un jet privado. Los Gates son también los mayores propietarios privados de tierras agrícolas de Estados Unidos, con unas 100.000 hectáreas en 18 estados diferentes.  

Xanadu 2.0

La casa familiar principal está en Washington, y se la conoce como Xanadu 2.0 (como la casa del protagonista de 'Ciudadano Kane' de Orson Welles). Una construcción de más de 6.000 metros cuadrados con vistas al lago Washington, en Medina (ciudad donde también reside Bezos), a 14,5 kilómetros del centro de Seattle, donde la Fundación Gates tiene su sede. Gates compró el terreno por 1,6 millones de euros en 1988, y durante los siete años siguientes se gastó otros 53 millones de euros en levantar el hogar de sus sueños, con tecnología y diseño vanguardista. "Quería una casa que se adaptara a la tecnología cambiante y sofisticada, pero de una manera discreta que dejara en claro que la tecnología era el sirviente, no el amo", ha dicho de ella su dueño, que durante la construcción tuvo que contentar a algunos vecinos enfadados con los cambios en el paisaje del lago con lavados de coches gratis y poniendo a su disposición a su equipo de albañiles para que les hicieran pequeñas chapuzas en sus casas.

Según 'Business Insider' hay alrededor de 66.000 euros en ordenadores por toda la casa, cuyo valor actual asciende a 112 millones de euros. Gracias a pantallas táctiles (124.000 euros) con un solo toque se pueden contemplar toda una galería de arte con fotografías y pinturas. También hay cuadros de verdad en las paredes, como el titulado 'Lost on the Grand Banks', de Winslow Homer que Gates compró por casi 30 millones de euros en 1998. En su biblioteca de 200 metros cuadrados con un techo en forma de cúpula y un óculo guarda un manuscrito de Leonardo Da Vinci del siglo XVI que adquirió en 1994 en una subasta por 25 millones de euros. Además de un cine para 20 invitados, seis cocinas y 24 baños, la casa tiene varios garajes para 23 coches.

Ranchos y hoteles

En California, poseen el Rancho Paseana, que compraron por 14,9 millones de euros. Incluye una pista de carreras, un huerto y cinco graneros. También tienen otra finca ecuestre (la gran afición de la primogénita, que además de estudiar Medicina, es amazona) en Wellington, Florida.

También tienen una espectacular mansión en Del Mar, una ciudad costera a las afueras de San Diego. No es una típica casa de playa; está compuesta de una residencia familiar, un spa, teatro, piscina, cancha de tenis, invernadero y dos casas para huéspedes. En total, más de 10.000 metros cuadrados.

A estos inmuebles hay que sumar un rancho en Wyoming de 200 hectáreas valorado en 7,3 millones de euros.

La cartera inmobiliaria de Gates no termina aquí. Ha realizado numerosas inversiones a través de su empresa de inversión personal, Cascade, incluida la propiedad parcial del Charles Hotel en Cambridge, Massachusetts. Posee casi la mitad de la cadena hotelera de Four Season Holding a través de Cascade, incluidos hoteles en Atlanta y Houston.

Además del jet privado para la familia, los Gates guardan en su angar un Bombardier BD-700 Global Express, que cuesta unos 33 millones de euros y en el que pueden volar 19 personas.