Nuevo asalto en la interminable guerra judicial que enfrenta a Rocío Carrasco y a Antonio David Flores desde hace años. Si la semana pasada veíamos en los juzgados de Alcobendas al malagueño tras su demanda a su exmujer por el impago de la pensión de manutención de su hijo David desde 2018 - una cantidad que asciende a más de 7000 euros - este viernes ha sido la gran protagonista de la actualidad en los últimos tiempos la que ha acudido a los tribunales a declarar en calidad de demandada.

Muy tranquila, y cogida del brazo de su abogado Javier Vasallo, Rocío Carrasco ha reaparecido públicamente tras su desgarrador testimonio sobre el maltrato al que le sometió su hija Rocío Flores y la pesadilla que vivió al lado de la joven que, manipulada presuntamente por su padre, la habría insultado, vejado y faltado al respeto durante tres años, hasta que en julio de 2012 le dio una brutal paliza que terminó con su relación para siempre. Unas brutales declaraciones con las que ha señalado cómo su hija pasó de víctima a verdugo, de ángel a demonio, y que explica por qué no está preparada para retomar el contacto con ella.

Sin hacer declaraciones sobre el alcance que han tenido sus palabras, ni sobre las últimas declaraciones de su hija Rocío en 'El programa de Ana Rosa' cuestionando que quisiera protegerla y asegurando que no tiene miedo a nada y que lo que ha contado su madre es su versión, Rocío ha entrado abatida a los juzgados sin la compañía de su gran apoyo, Fidel Albiac.