Si tienen un minuto les voy a contar una breve historia. Dorso de la mano con el dedo índice señalando hacia abajo. A principios de junio mi primera salida tras el confinamiento fue la visita al dermatólogo. El motivo: una pequeña herida que no terminaba de cicatrizar me acompañaba desde hacía un par de meses. Finalmente, el cirujano me confirmó que se trataba de un carcinoma basocelular, un tipo de cáncer de piel localizado en la nariz. Aquel mismo día el doctor lo extirpó y comencé un lento periodo de recuperación hasta mi reincorporación al trabajo el día de hoy".

Así empieza el hilo de Twitter con el que la periodista y presentadora de 'Antena 3 Noticias', Mónica Carrillo, ha explicado cómo ha vivido este tiempo que ha permanecido alejada de las cámaras por un cáncer.

"Este verano atípico para todos lo ha sido también en este sentido para mí. Protección solar, apósitos, gorras y grandes dosis de paciencia y confianza. En estas situaciones nos ponemos a prueba nosotros y también las personas que nos rodean. Yo tengo la suerte de estar maravillosamente rodeada en lo personal y lo profesional, así que este apoyo ha sido fundamental para mí. Quienes me conocen saben que no soy dada a contar detalles de mi intimidad pero no en esta ocasión creo que puede servir para dar visibilidad . La vida, como nosotros, está llena de imperfecciones que hacen que este juego sea apasionante", continuaba la periodista, que ha recibido muchos mensajes de apoyo de sus seguidores dentro de la red social del pájaro azul.

Carrillo también ha compartido unas imágenes de "cómo ha sido su evolución" en los últimos meses. "Me aplico la filosofía japonesa del kintsugi: el arte de reparar la cerámica con resina de oro para evidenciar que los defectos forman parte de nosotros y, en ocasiones, son las más grandes virtudes. Cuídense, vayan a revisión y protéjanse del sol. Salud. Cara sonriente con 3 corazones".

La periodista ha finalizado su hilo con una reflexión que no ha dejado indiferentes a sus "followers". "En ocasiones la vida nos da zarpazos. Creo firmemente que somos todo lo que nos ha hecho llegar hasta aquí. A partir de ahora, a mí me acompañará este arañazo en el rostro. Ya nos estamos acostumbrando y creo que incluso nos caemos bien. Me aplico la filosofía japonesa del kintsugi: el arte de reparar la cerámica con resina de oro para evidenciar que los defectos forman parte de nosotros y, en ocasiones, son las más grandes virtudes. Cuídense, vayan a revisión y protéjanse del sol.

Salud".