El amor flota en el aire en el otoño español. En el caso de Marta Ortega, apodada la "zariña" porque en su poder se supone que acabará el imperio Zara, el escenario es la hípica. Allí la retrata "¡Hola!" con su novio Carlos Torretta, "románticos y enamorados". Pasión asturiana la de Ortega, pues su anterior marido era de Avilés y ahora su pareja es de origen ovetense por parte de madre. El amor también ha llamado a la puerta de Cristiano Ronaldo, que corteja con Georgina (modelo y empleada de una boutique) sin esconderse, como aparece en la portada de la revista. El trono de "¡Hola!" esta semana es para la Reina Letizia y Sara Carbonero, con una gran foto de ambas y su "duelo de estilo" en Portugal.

Amor de abuela exhibe la Pantoja en "Diez Minutos", que se descuelga con una exclusiva bastante amable de la tonadillera: se le ve feliz, paseando por la calle, con sus nietos, hijo, nuera y consuegra. El de Mar Flores es amor puro, pues la exmodelo avisa, por si hay alguien que piense mal, que no mira la cuenta corriente de sus parejas.

A Bigote Arrocet los miércoles se le van a indigestar, pues siempre hay una portada del quiosco rosa que le amarga el desayuno. Ahora "Lecturas" ha descubierto a su hijo secreto, que dice que su madre es la hija de Kiko Ledgard, el presentador del "Un, dos, tres...". Habrá que ver cómo lidia con esto María Teresa Campos. Mientras, su compañero televisivo Jorge Javier da pasaporte a Raquel Bollo, que deja "Sálvame": "Es una lianta". Para rematar, en "Lecturas" explotan la imagen de la Chenoa sufridora por los ataques de su padre.

Amor maduro el que desvela "Semana": el Cordobés senior (padre del torero Cordobés junior) se ha echado novia. A sus 80 años pasea y corteja por las calles feliz y con un aspecto estupendo. Un aspecto no menos estupendo lucen las hijas de la Campos, Carmen y Terelu, que enseñan sus vestidores y todo lo que tienen dentro: joyas, vestidos, zapatos... Para rematar la portada, la Reina Letizia y Sara Carbonero lucen bellas, elegantes y enjoyadas en su encuentro en Portugal: ellas tienen el vestidor bajo llave.