En declaraciones que publicará este fin de semana la revista Parade, un dominical que se distribuye a través de 380 periódicos en todo EEUU, Affleck señala que tiene previsto buscar junto a su esposa, la actriz Jennifer Garner, un colegio para la niña en Los Ángeles, Nueva York y Georgia, donde la familia posee una casa de campo.

A su vez, el actor, de 35 años, indica que su hija está "más contenta que el demonio y habla como una loca".

"Tiene la habilidad de hacerme sonreir, de sentirme bien y encantado, y cuando no estoy con ella durante un tiempo lo único que quiero es irme a casa para estar con ella", agrega el actor.

Ben Affleck señala que creció en un ambiente familiar donde "no recibí estima por nada de lo que hacía. Practicaba deportes, pero no era muy bueno en ellos. Había además problemas de alcoholismo con mi padre. También me cambié de colegio a los ocho años y no conocía a los niños ...me sentía solo".

Y se sintió aún más solo cuando fue a la Universidad de Vermont, adonde se trasladó porqué tenía una novia que iba a otro centro cercano.

"Dos semanas después de llegar la llamé, y un hombre cogió el teléfono", recuerda el actor.

Para ahondar en su soledad, poco tiempo después del episodio con su novia "me fracturé la cadera. Me sentía muy miserable. Estaba con muletas en la universidad más fría de EEUU, viviendo en un colegio mayor lejos del campus principal, sin conocer absolutamente a nadie!".

Tras saltarse las clases de español durante cinco semanas y deambular todos los días por la cafetería de la universidad, Affleck dice que echó mano de su amigo y compañero de profesión, Matt Damon, que estudiaba en Harvard.

Llamó a Matt, recuerda Affleck, y le dijo que le tenía que recoger. "No puedo andar muy bien. Ven a buscarme ya!", le imploró.

"Matt me vino a buscar en seis horas. Eso fue lo último que supe de la Universidad de Vermont. Nunca regresé. No tengo ni un punto de crédito. Fue un dinero mal gastado", concluyó el protagonista de "Pearl Harbor".