Ocurre con cierta regularidad que las tuberías de nuestro fregadero se quedan atascadas. En los supermercados y diferentes tiendas se venden regularmente productos para desatascarlas cuyo precio, en ocasiones, es muy elevado. Además, suelen tener muchos ingredientes químicos perjudiciales para la salud, por lo que, una buena alternativa es optar por remedios caseros.

El más popular y eficaz a la hora de desatascar el fregadero consiste en usar lejía junto a agua a muy alta temperatura. La proporción correcta es echar un vaso de lejía por cada cinco litros de agua. Con estos dos sencillos componentes se consigue una mezcla muy eficaz, puesto que el agua hirviendo es un excelente desatascador, mientras que la lejía, además de eliminar los malos olores, actúa como desinfectante. También se puede echar vinagre con bicarbonato.

Una vez echada la mezcla, se debe dejar actuar durante diez minutos o un cuarto de hora y, posteriormente, echar agua fría del fregadero durante un rato.

¿Y si continúa el fregadero atascado?

En caso de que las tuberías sigan atascadas, se debe dejar actuar a la mezcla toda la noche y abrir el grifo por la mañana. Este truco también se puede extrapolar al inodoro.