Los hay que no desean que llegue y se aferran al recuerdo de sus vacaciones de verano y la playas paradisíacas. Otros son de mejor conformar y esperan con resignación o, incluso con ilusión, la llegada del tiempo frío, el otoño. Aunque todos, los que quieran o los que no, tendrá que hacer un cambio de chip, más allá del mental, para poner la casa a punto y amoldarse a la nueva estación.

Así, son varias las tareas a realizar a la hora de preparar el hogar para el frío, las lluvias y el día a día del otoño. Desde hacer el fatídico y tedioso cambio de armario, hasta renovar la ropa de cama o purgar los radiadores, aquí te dejamos algunos consejos.Cambio de armario

Los maniáticos del orden estarán encantados con la idea de sacar toda la ropa de verano para meter la de invierno en el armario. Otros, se reistirán a dejar los pantalones cortos y los bañadores apartados durante casi unos nueve meses, depende de lo generoso que sea el tiempo.

Pese a que septiembre es un mes de buenas temperaturas, no está de menos empezar a tener ropa de abrigo en el armario, ya que las mañana y noches son mucho más frías ahora. Así, es el momento perfecto para pensar qué es lo que realmente necesitamos, lo que nos ponemos y lo que ya está viejo. Optimizar el espacio, sobre todo con la ropa más gruesa, es esencial para mantener el orden en la casa.

Sustitución de los textiles

Llega el frío y con él el nórdico y las gustosas mantas para el sofá. La sustitución de los textiles de la casa es otra de las cosas que se deben hacer con la llegada del otoño. Darle un lavada a toda la ropa de cama o adecentar las alfombras es clave. Lo que sea por esos domingos de lluvia con la manta, las palomitas y el sofá como mejor amigo.

Puesta a punto de la calefacción

La caldera y los radiadores llevan unos meses parados, por lo que una de las cosas más importantes antes de la llegada del tiempo frío es revisarlo y ponerlo todo a punto. La idea más fácil y rápida es llamar a un técnico, sobre todo en el caso de la caldera. En cuanto a los radiadores, a la hora de purgarlos, se puede hacer en casa fácilmente. Al llevar un tiempo sin funcionamiento, se acumulan burbujas de aire en los circuitos y tuberías, lo que hace que calienten menos y, sobre todo, y muy importante, puede provocar que la factura se dispare. No es momento de derrochar en energía.

Revisa puertas y ventanas

Con los cambios de temperaturas puertas y ventanas pueden dilatarse y no cerrar bien. Ahora, antes de que llegue el frío de verdad, es importante revisar todas las que haya en el hogar para comprobar que el aislamiento sigue siendo el mismo. Además, que haya escapes también puede afectar a la factura energética. Si hay corriente en algna puerta o ventana lo ideal es colocar un cortavientos de cepillo o un protector de escobillas en la parte de abajo y un burlete en el marco. El burlete también sirve para mejorar el aislamiento de las ventanas. Se pueden encontrar en las ferreterías de toda la vida y los hay de diferentes tipos y medidas.

Si aun así no se soluciona el problema lo mejor es sustituir la ventana o puerta en cuestión.