Descansar adecuadamente es fundamental para poder afrontar el día con fuerza y optimismo. Pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida en la cama. Sin embargo, no somos los únicos que nos sentimos a gusto en ella. Los ácaros, bacterias u hongos se alojan en nuestros colchones, almohadas y sábanas con mucha facilidad. Además, estos suponen un riesgo para aquellas personas alérgicas.

Durante la noche, estos indeseados huéspedes suelen alimentarse de las escamas que se desprenden de la piel de las personas. Así, la cama proporciona a los ácaros las mejores condiciones de calor, humedad y comida, convirtiéndose en su lugar favorito para asentarse.

A continuación, te ofrecemos prácticos y sencillos trucos para mantener tu dormitorio libre de ácaros y poder descansar tranquilo:

Cómo limpiar los colchones, almohadas y sábanas

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recomienda que no se carguen las habitaciones de objetos y adornos que dificulten las labores de limpieza. Sobre todo, si en ella descansan personas alérgicas.

Además, barrer o pasar la aspiradora común fomenta la suspensión de las partículas de los ácaros en el ambiente. Por ello, los expertos recomiendan utilizar aspiradores con filtros HEPA, que los retienen al máximo.

Si tienes colchones de lana o de muelles, los huecos que estos presentan favorecerán una mayor acumulación de ácaros. Para evitarlo, opta por colchones macizos, como los viscoelásticos o de látex. Lo mismo ocurre con las almohadas o sábanas.

Utiliza siempre una funda protectora antiácaros para las almohadas y colchones, y aspíralos, al menos, una vez al mes, durante 10 minutos. La SEICAP también aconseja exponerlos al sol durante 30 minutos, dos o tres veces al año. Además de esto, es aconsejable lavar las sábanas y mantas una vez por semana con agua caliente (a 60º aproximadamente).

Existen otras opciones como los sprays antiácaros. Sin embargo, la SEICAP aclara que su eficacia no está demostrada. Otra alternativa es lavar las almohadas en la lavadora con agua caliente, aunque debes tener cuidado y leer correctamente el etiquetado. También es posible acabar con los ácaros por medio de la congelación, aunque meter las almohadas en el congelador no es tarea fácil.

Los colchones, sábanas y almohadas albergan mayor cantidad de ácaros conforme pasan los años. Por ello, se recomienda cambiar de colchón cada 10 años y de almohadas cada dos. Se trata de cifras aproximadas que dependen del fabricante, las prestaciones del producto y los cuidados que se le hayan otorgado.