La normativa laboral en España se encuentra en plena transformación: el Ministerio de Trabajo ha puesto en marcha una serie de medidas que marcarán un antes y un después en la forma en que se gestiona el tiempo de trabajo. Uno de los aspectos clave de esta reforma es el endurecimiento del control horario en las empresas, con un nuevo enfoque digital y más exigencias tanto para empleadores como para trabajadores.
Con el objetivo de reforzar el cumplimiento de la jornada laboral legal, las autoridades laborales han diseñado un nuevo sistema de registro que permita controlar en tiempo real las entradas y salidas de los empleados. Este sistema digital, previsto para implantarse en 2025, busca cerrar posibles brechas que hasta ahora facilitaban irregularidades en el cómputo de horas y pagos extra. Se espera que la medida entre en vigor antes de que finalice el primer semestre del año, aunque la fecha definitiva aún está pendiente de aprobación parlamentaria y publicación en el Boletín Oficial del Estado.
El registro diario de la jornada no es nuevo en España: desde 2019, todas las empresas están obligadas a realizarlo. Pero con la nueva normativa se va a exigir que este control se haga exclusivamente por medios digitales, dejando atrás los métodos tradicionales o poco precisos. El objetivo principal es que la Inspección de Trabajo tenga acceso remoto a los registros para detectar incumplimientos con mayor rapidez y eficacia.
Las compañías van a tener que asegurarse de contar con un sistema de fichaje que no sólo recoja los datos de entrada y salida, sino también toda la información relevante del trabajador y del empleador. Además será necesario guardar los datos durante al menos cuatro años y permitir su consulta inmediata a los órganos de control, así como a los propios empleados y sus representantes legales. También habrá que tener en cuenta que quedan prohibidos los sistemas de control basados en datos biométricos, como las huellas dactilares o el reconocimiento facial.
Hacia una modernización de los derechos laborales
Todo esto forma parte de un plan más amplio que busca mejorar las condiciones laborales, entre ellas la reducción de la jornada semanal a 37 horas y media. Esta propuesta, también impulsada por el Ministerio de Trabajo, ha sido aprobada por el Consejo de Ministros, aunque sigue enfrentando oposición en el Congreso. Partidos como el PP o Junts han manifestado su rechazo, especialmente por el posible impacto que puede tener en autónomos y pequeñas empresas. Aun así el Ejecutivo mantiene su compromiso de seguir adelante con esta reforma.
En paralelo también se impulsará la obligación de respetar el derecho a la desconexión digital, así como nuevas reglas sobre la gestión del tiempo de trabajo en modalidades como el teletrabajo. Estas medidas buscan adaptarse a un entorno laboral en constante evolución, pero también aumentar el control sobre las horas realmente trabajadas y compensadas.
Las consecuencias para las empresas que incumplan las nuevas normas pueden ser graves. Las multas por no registrar la jornada o por manipular los datos pueden alcanzar los 10.000 euros, lo que obliga a las compañías a adaptarse cuanto antes al nuevo marco legal. Para ello, podrán utilizar aplicaciones móviles, plataformas web, sistemas QR o incluso canales como WhatsApp, siempre que cumplan los requisitos técnicos y legales que exige la normativa.
Y aquí es donde entra en juego el nuevo documento obligatorio: a partir de la entrada en vigor del sistema digital, todas las empresas estarán obligadas a entregar mensualmente a cada trabajador un recibo detallado de su jornada, junto con la nómina. Este documento deberá incluir no sólo las horas ordinarias, sino también las horas extra y complementarias, todo ello de forma clara y desglosada. La medida tiene como objetivo garantizar la transparencia, facilitar la reclamación de pagos no efectuados y evitar fraudes relacionados con la jornada laboral.