Alimentos refrigerados: la lista de los que hay que desechar tras el apagón

Esta es la lista de alimentos que hay que desechar y conservar después de cuatro horas sin electricidad

Alimentos refrigerados cuáles hay que desechar tras el apagón

Alimentos refrigerados cuáles hay que desechar tras el apagón

Marco Gil

Marco Gil

En nuestro día a día, vivimos rodeados de comodidades que muchas veces pasan totalmente desapercibidas. Tener acceso constante a la electricidad y a todo lo que esto implica (como poder utilizar el frigorífico, el congelador, la lavadora o cualquiera de los muchos aparatos que llenan nuestros hogares) es algo tan cotidiano que casi parece magia. Pero basta con que esa electricidad falte unas horas para que el caos se apodere de nosotros.

Esto es precisamente lo que ha pasado este lunes, cuando un apagón ha dejado sin suministro eléctrico a parte de España y Portugal a partir de las 12:30 del mediodía. Aunque todavía se investigan las causas exactas, el corte de luz ha puesto en evidencia hasta qué punto dependemos de la energía para llevar una vida normal.

Uno de los principales consejos cuando ocurre algo así es abrir el frigorífico y el congelador lo mínimo imprescindible. Cuanto más tiempo permanezcan cerrados, mejor van a conservar el frío interior y más tiempo van a durar en buen estado los alimentos almacenados. De hecho es una de las primeras recomendaciones que hacen los expertos para evitar que la comida se eche a perder rápidamente.

Sin embargo si la falta de luz se prolonga más de cuatro horas y la temperatura dentro del frigorífico supera los 4 grados centígrados hay productos que dejan de ser seguros para el consumo. Según las indicaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), algunos alimentos deben tirarse pasadas esas dos horas porque ya no se garantiza su inocuidad.

Entre los productos que deben desecharse si han estado a temperaturas superiores a 4 ºC más de dos horas se encuentran las carnes crudas o cocinadas (de res, aves de corral o mariscos), las ensaladas que contienen huevo o carne, los fiambres, los guisos, las sopas, y también los quesos blandos como el Brie o la mozzarella. Lácteos como la leche, el yogur o la crema agria también deben ser eliminados. Lo mismo sucede con platos preparados a base de huevo, como las natillas, los budines o las quiches.

En cambio otros alimentos pueden conservarse sin problemas aunque la nevera haya perdido frío durante algunas horas. Entre ellos están los quesos duros como el cheddar o el parmesano, la mantequilla, algunas frutas frescas sin cortar, productos enlatados abiertos, salsas como la mostaza, la salsa de soja o el kétchup, así como panes y pasteles no rellenos de crema.

La razón principal de estas recomendaciones tiene que ver con el riesgo de crecimiento bacteriano. A temperaturas superiores a los 4 ºC, las bacterias que causan enfermedades transmitidas por alimentos pueden multiplicarse rápidamente, haciendo que consumir ciertos productos sea peligroso para la salud.

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