'Adiós' a los platos preparados: los expertos alertan de lo que está ocurriendo y recomiendan evitarlos

Esta es la razón por la que deberías pensarlo dos veces antes de comprarlos

'Adiós' a los platos preparados los expertos alertan de lo que está ocurriendo y recomiendan evitarlos

'Adiós' a los platos preparados los expertos alertan de lo que está ocurriendo y recomiendan evitarlos

Abril Escalante

Abril Escalante

De un tiempo a esta parte los platos preparados han llegado con fuerza (y todo apunta a que para quedarse) en el mercado alimentario español, convirtiéndose en una solución para todas aquellas personas que necesitan opciones rápidas y cómodas para comer. Este tipo de alimentos, que también se conocen como de quinta gama, son platos precocinados que ya están listos para calentar y comer y que buena parte de los supermercados ya han incluido en su catálogo.

Frente a la escasez de tiempo y las exigentes rutinas laborales y familiares este tipo de recursos son cada vez más recurrentes: Compramos tiempo, pero sobre todo comodidad, porque nos dan las cosas preparadas”, explica Francesc Xavier Medina, catedrático de antropología de la alimentación de la UOC, al medio Ara.cat. Además, Rosa Baró, dietista-nutricionista y portavoz del CoDiNuCat, también señala al mismo medio que muchas personas ven en estos alimentos una manera de equilibrar su carga diaria: “Hemos pasado del todo a la nada. Se nos han complicado las rutinas y, entonces, la conciliación familiar, el estrés y el día a día te llevan a buscar lo más fácil y rápido”.

Además, los platos preparados se han convertido en una opción más accesible para quienes buscan reducir gastos en un contexto de crisis inflacionaria, ofreciendo precios que oscilan entre los 4,45 y los 7,62 euros por kilo, según datos del Informe del Consumo Alimentario en España 2021.

Inconvenientes según los expertos

Sin embargo, los especialistas alertan de las consecuencias negativas asociadas al consumo frecuente de estos productos. Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, advierte sobre el fenómeno de la ‘gastrificación’, un proceso que homogeniza la oferta gastronómica. “Esa ‘gastrificación’ acaba con la gastronomía local e impersonaliza y homogeneiza la oferta de platos en bares y restaurantes”, explica Lurueña. Además añade que este proceso también “despista al consumidor, que muchas veces piensa que está comiendo platos exclusivos o peculiares, elaborados expresamente en el local, cuando en realidad han sido elaborados en un polígono industrial y recalentados en una cocina donde no se cocina”.

Desde el punto de vista nutricional, el abuso de estos alimentos puede tener repercusiones en la salud. Baró destaca que “la falta de vegetales y el uso de proteínas de baja calidad” en estos productos puede llevar a problemas como colesterol alto, hipertensión, anemia y estreñimiento. “A la larga podemos ver desequilibrios en las analíticas”, advierte.

Para abordar este fenómeno y proteger tanto al consumidor como a la gastronomía local, Lurueña propone una regulación similar a la de Francia. “Francia anunció una ley que obligará a bares y restaurantes a indicar en sus cartas si los platos son precocinados”. Este tipo de medidas podría fomentar una mayor transparencia y empoderar al consumidor para tomar decisiones informadas.

Los expertos coinciden en que reducir el consumo de platos preparados no implica renunciar a la comodidad, sino optar por alternativas más saludables y sostenibles. Baró recomienda planificar las comidas y combinar alimentos básicos como legumbres, ensaladas y conservas. “No hace falta romperse mucho el caparazón: podemos tener un bote de judías, una escalibada, una lata de atún y un huevo duro y hacernos el plato”

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