Una necesidad desde hace años por parte del profesorado y alumnado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia. Bajo esa premisa se puede llegar a entender lo beneficioso que para toda la comunidad universitaria ha resultado la puesta en marcha del Aula Judicial, un espacio que ayuda a acercar el Derecho vivo a las aulas, y que supone un claro salto de calidad en la formación de los futuros juristas del mañana.

Ayudar a entender que todas las ramas del Derecho están relacionadas entre sí y que la resolución de un problema jurídico requiere conocimientos de diversas disciplinas de la carrera, fomentar la participación del alumnado universitario en su proceso de aprendizaje, convirtiéndolo en protagonista de su formación académica, y favorecer el trabajo en equipo, la reflexión crítica y dialogada sobre temas de actualidad y el debate jurídico entre alumnos, profesores, magistrados y otros profesionales jurídicos son algunos de los motivos por los que se decidió hace unos meses poner en marcha el Aula Judicial. «Las prácticas en la Facultad de Derecho no pueden limitarse a la resolución escrita de supuestos ideados por los profesores, como hasta ahora se ha hecho. Estas actividades son necesarias, pero es preciso dar un paso más y acercar la práctica forense a nuestros estudiantes», afirma Julio Sigüenza, Profesor Titular de Derecho Procesal y Coordinador de las Escuelas de Práctica Profesional de la UMU, tarea esta última que depende del Vicerrectorado de Estudios que dirige Sonia Madrid.

La complicidad de jueces, fiscales, abogados, procuradores y otros profesionales es crucial para el correcto funcionamiento del Aula Judicial, a través de la cual se pretende mejorar la formación académica del estudiantado, no solo en el arte de litigar, sino también en cómo se ha de negociar, en técnicas de expresión, en materia de mediación o en arbitraje.

Aunque el alumnado de la Facultad de Derecho es el principal beneficiado de su creación, se podría pensar en un futuro en alguna forma de colaboración con otros grados relacionados con las ciencias, las artes o la técnica. «No podemos olvidar la importancia que en la aplicación práctica del Derecho tienen los expertos en las más variadas materias ajenas al Derecho ―arquitectura, ingenierías, medicina, arte, etc. La puesta en práctica de sus conocimientos mediante la realización de informes y su exposición y defensa pública puede llegar a serle tan útil a ellos como a los estudiantes de Derecho», explica Julio Sigüenza.

Además, este espacio resulta ideal para el estudiantado de Criminología, que podrá participar en las simulaciones de juicios penales defendiendo los informes periciales elaborados en las materias de su especialidad, e incluso para quienes estudian algunas titulaciones de la Facultad de Letras, ya que en las actividades que se programen también podrían participar como expertos en las ramas que les son propias, como por ejemplo historia del arte, cartografía o traducción e interpretación.

Con respecto a sus características, se trata de una sala de vistas idéntica a la que es posible encontrar en muchos juzgados y tribunales, incluyendo la posibilidad de grabar las actuaciones que tengan lugar en ella, lo que permite que después de las mismas se pueda someter a estudio y análisis la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos, corrigiendo en su caso los defectos o errores en que se haya podido incurrir. Dispone asimismo de una habitación desde la que es posible controlar la imagen y el sonido de la grabación que se lleve a cabo, así como de una sala de togas que permite que puedan celebrarse pequeñas reuniones.

La práctica es esencial para la adecuada comprensión del Derecho, y su alumnado debe estar preparado y tener la oportunidad de adquirir las habilidades necesarias. «No es admisible que puedan concluir sus estudios sin haber pisado una dependencia judicial, sin haberse puesto en la piel de un juez, de un fiscal, de un abogado, de un procurador, sin haber vestido una toga, sin haber sentido la dignidad que conlleva, sin haberse sentado en estrados y haber visionado la que puede ser su futura actividad profesional. Esa experiencia es impagable y, a partir de ahora, nuestros alumnos podrán sentirla por primera vez en el Aula Judicial», concluye Sigüenza, quien también destaca que «el Aula Judicial es una realidad gracias a nuestro actual rector, José Luján, que se implicó directamente en su creación tras una conversación que mantuvimos ambos sobre estas y otras cuestiones.

El próximo paso del Aula Judicial ha de ser conseguir que puedan celebrarse juicios reales en ella, tarea en la que ya se está trabajando y en la que es imprescindible la colaboración del poder judicial, de abogados y de procuradores.