Ningún estudiante atrás. Esa fue la premisa con la que la Universidad de Murcia afrontó las medidas tomadas para dar solución a algunos problemas que surgieron derivados de la crisis sanitaria de la covid-19. En ese momento afloraron multitud de situaciones de dificultad social, no estrictamente económicas, que carecían de una respuesta adecuada por parte de los sistemas de protección social. Las ayudas que en aquel momento brindó la institución universitaria fueron la primera piedra de un servicio, la Oficina de Atención Social, que en abril de este año se ha creado con un objetivo de integración de las personas en situación de vulnerabilidad social pertenecientes a la UMU.
El propósito principal de la Oficina de Atención Social es el de promover acciones a favor de las personas integrantes de la comunidad universitaria, en especial de sus estudiantes, que se hallen en situación de dificultad socio económica susceptible de poner de riesgo la continuación de su actividad académica universitaria. Estas acciones se estructuran en tres bloques: prestaciones económicas para cubrir el pago de matrículas, un servicio de atención social por parte de profesionales en trabajo social y por el que ya se han atendido a más de 120 estudiantes, y la investigación y la transferencia, estando todas sus actuaciones guiadas por el diagnóstico y el análisis previo.
Este servicio, al que cualquier estudiante puede acceder mediante cita previa, presta atención tanto de forma presencial en el Centro Social del Campus de Espinardo como de forma virtual. Se pretende crear un proyecto autofinanciado que sea solidario, participativo, comprometido y con carácter de permanencia, y por ello quieren contar con la participación de la Comunidad Autónoma, desde donde se tienen las competencias en política social y educación.
Otra de las vías de recaudación económica de este servicio son los municipios, desde donde se atienden las situaciones de vulnerabilidad social, y por supuesto no podemos olvidar la participación de las empresas, donde finalmente terminará insertándose el alumnado. Dentro de este compromiso social confían en el apoyo del personal de la UMU, así como de cualquier persona implicada y comprometida con los valores que promueve la Oficina de Atención Social. Para ello, han habilitado en su página web un enlace para que cualquier persona física o jurídica pueda realizar sus donaciones.
«No hay un perfil único al que vayan dirigidas sus actuaciones, algo que queda reflejado en que desde que iniciaron las atenciones, se han encontrado con problemas de salud mental, pobreza, conflicto familiar, inmigración o carencia de vivienda, entre otros», explica José Ángel Martínez, coordinador de la Oficina de Atención Social. Los requisitos que se deben cumplir para acceder a estas ayudas son de tres tipos: económico, patrimonial y social, y sobre todo, no tener acceso becas o ayudas para el estudio de cualquier tipo.
Relación con la Agenda 2030
El conjunto de actuaciones de la Oficina de Atención Social queda enmarcado en el ámbito de un concepto cabal de los Derechos Humanos que tenga bien presentes aspectos tales como la accesibilidad universal, la igualdad entre hombres y mujeres y, en especial, la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, contribuyendo así a asegurar el acceso igualitario de todas las personas a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria, como señala la Meta 4.3 de la Agenda 2030.