Recibir una vivienda como legado puede resolver los problemas económicos o habitacionales de un heredero, ya decida venderla o quedársela, pero para disfrutar de este bien es necesario seguir una serie de trámites. Esto en el caso de que exista un único heredero. Hay que tener en cuenta que cuando el activo debe repartirse entre varios hijos, además de la burocracia que implica, se debe resolver primero si todos están de acuerdo en venderlo o no. 

En cualquier caso, el primer paso será aceptar la herencia y cambiar la titularidad de la casa. Por otro lado, se abre un plazo de seis meses desde el fallecimiento del familiar para la liquidación de impuestos. Estos gravámenes son, en primer lugar, la plusvalía municipal, que depende del municipio donde está ubicada la casa en cuestión. 

En segundo lugar, está el impuesto de sucesiones. Se trata de un impuesto progresivo que no responde a un porcentaje fijo, sino que varía en función del valor del patrimonio inmobiliario que se hereda. Existen comunidades autónomas con bonificaciones muy altas en las que la liquidación es prácticamente simbólica (por ejemplo, Madrid, Extremadura y Murcia), e incluso otras que tienen una cuota líquida de cero (Andalucía, Cantabria y Galicia), mientras que en algunas el montante que hay que pagar a Hacienda es bastante elevado (por ejemplo, Asturias, Castilla y León y Comunidad Valenciana).

Un aspecto importante a la hora de liquidar este impuesto es que la agencia tributaria nos da dos opciones a la hora de referir el valor de adquisición para realizar el cálculo: el precio de mercado o el valor fiscal marcado por la autonomía. Este último suele ser más bajo y, por tanto, hará que paguemos menos impuesto de sucesiones, lo que puede resultar interesante si la casa va a convertirse en nuestra vivienda habitual. Si, por el contrario, tenemos intención de venderla, se recomienda declarar el precio real. El motivo es que, al venderla por este importe, la ganancia patrimonial será prácticamente nula y nos ahorraremos el IRPF. Esta sugerencia es especialmente atractiva cuando se hereda en primer grado y la autonomía aplica bonificaciones.

Si se reside en una región con impuestos altos, a veces lo que se hace es trata de vender para liquidar impuestos y obtener ciertos ingresos. A la hora de sacar el inmueble al mercado, es importante que los herederos vayan alineados para que la venta no encuentre obstáculos. Por otra parte, aunque la intención de los mismos sea cerrar rápidamente la operación, la vivienda debe acondicionarse mínimamente para que llame la atención de los potenciales compradores. Es por ello que, en ocasiones, hay que realizar una inversión para ponerla a punto: vaciarla de muebles, hacer una limpieza en profundidad, realizar pequeñas reparaciones, dar una mano de pintura, etc. 

Del mismo modo que nos ponemos en mano de una notaría y una gestoría para realizar el cambio de titularidad y liquidar los impuestos, es importante confiar en profesionales inmobiliarios que sean capaces de lograr vender la vivienda en un tiempo récord. Es por ello que no hay que dudar en visitar agencias inmobiliarias, comparar honorarios y ofrecer la gestión de venta a un profesional con formación, con conocimientos del mercado y que transmita confianza.