Ciencias de la Tierra

Una enorme inundación llenó de agua el Mediterráneo hace 5 millones de años

Una mega inundación, que trasladó hasta 100 millones de metros cúbicos de agua por segundo, formó al actual mar Mediterráneo

Foto aérea de una cresta erosionada por la mega inundación, ubicada al noreste de Masseria del Volpe, en la zona de Sicilia, Italia.

Foto aérea de una cresta erosionada por la mega inundación, ubicada al noreste de Masseria del Volpe, en la zona de Sicilia, Italia. / Créditos: Kevin Sciberras y Neil Petroni.

Redacción T21

Hace poco más de 5 millones de años, el agua del Océano Atlántico encontró un camino a través del actual Estrecho de Gibraltar, fluyendo más rápido que un automóvil a toda velocidad por una pendiente de un kilómetro hacia el vacío mar Mediterráneo, llenándolo con una cantidad de agua equivalente a 1.000 veces el agua del río Amazonas en la actualidad.

El Mediterráneo pasó de ser un extenso desierto salino a convertirse en el mar que conocemos en la actualidad gracias a un evento cataclísmico sucedido hace alrededor de 5 millones de años. Un reciente estudio internacional, encabezado por investigadores de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, y publicado en la revista Communications Earth & Environment ofrece la evidencia más contundente hasta la fecha sobre este fenómeno.

El equipo de especialistas, que incluye al investigador español Daniel García-Castellanos, del Instituto de Geociencias de Barcelona, ha logrado demostrar que durante la Crisis Salina del Messiniense, que se extendió aproximadamente entre 5,97 y 5,33 millones de años atrás, el Mediterráneo quedó aislado del Atlántico, provocando la acumulación de enormes depósitos de sal y la formación de vastas mesetas salinas.

Rápido y masivo

Según una nota de prensa y un artículo publicado por los autores en The Conversation, durante años se pensó que el reabastecimiento del mar se había dado de forma gradual, en un proceso sucedido a lo largo de unos 10.000 años. Sin embargo, la identificación en 2009 de un canal de erosión que se extiende desde el Golfo de Cádiz hasta el Mar de Alborán cambió radicalmente esta interpretación, sugiriendo la existencia de un único y descomunal derrame de agua.

El estudio combina la observación directa de más de 300 crestas asimétricas y alargadas, formadas por la erosión de flujos de agua de gran envergadura, con datos geofísicos y simulaciones numéricas. Estas crestas, ubicadas a lo largo del umbral de Sicilia, revelan la fuerza destructiva y la dirección predominante del flujo acuático, permitiendo reconstruir la dinámica de la mega inundación.

Según explican los expertos, la morfología de estas formaciones es compatible con una erosión generada por un flujo turbulento a gran escala, dejando impresiones indelebles en el registro geológico. La evidencia recogida incluye también el análisis de sedimentos litificados que, por su composición y origen, indican un depósito súbito y masivo en la frontera entre las épocas Messiniense y Zancliense.

Referencia

Land-to-sea indicators of the Zanclean megaflood. Aaron Micallef et al. Communications Earth & Environment (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s43247-024-01972-w

En un lapso de tiempo muy corto

Este hallazgo es clave, ya que sitúa el momento del evento en un tiempo concreto y confirma que la inundación se produjo en un lapso extremadamente corto, estimado entre dos y dieciséis años, con tasas de descarga que oscilan entre 68 y 100 millones de metros cúbicos de agua por segundo.

Además, modelos computacionales desarrollados por el equipo sugieren que, conforme avanzaba el derrame, la dirección del agua se modificaba y la intensidad del flujo aumentaba, alcanzando velocidades de hasta 32 metros por segundo. Este comportamiento explica no solo la capacidad erosiva de la mega inundación, sino también la rápida redistribución y transporte de sedimentos a grandes distancias.

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