Ciencias Planetarias

El sonido podría ser la clave para descubrir vida extraterrestre

Es vital "escuchar" cómo suena un planeta para descubrir sus misterios, como por ejemplo las características y el comportamiento de su atmósfera

Las ondas sonoras serían vitales para revelar la presencia de alguna forma de vida en planetas distantes.

Las ondas sonoras serían vitales para revelar la presencia de alguna forma de vida en planetas distantes. / Crédito: Mary Theresa McLean en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Las ondas sonoras podrían ser cruciales para descubrir vida extraterrestre: en el caso de los mundos acuáticos como las lunas de Júpiter, Saturno o Urano, por ejemplo, sería más útil y menos costoso estudiar la propagación del sonido en su interior y revelar así su composición, antes que enviar sondas en extensos viajes a perforar las capas heladas de estos mundos distantes.

Un científico ha proporcionado una nueva perspectiva y diseñado un método mediante el cual las ondas sonoras podrían usarse para descubrir vida extraterrestre en distintas partes del Universo. Además de crear un software que predice cómo podrían cambiar las voces humanas en planetas distantes, Timothy G. Leighton, especialista de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, sostiene que el sonido podría ser un medio efectivo para comprobar la existencia de alguna forma de vida en otros mundos.

Escuchar a los planetas

Según una nota de prensa, el investigador presentó su trabajo en la reunión número 184 de la Acoustical Society of America, que se desarrolló desde el lunes 8 de mayo hasta hoy en Chicago, Estados Unidos. "Durante décadas, hemos enviado cámaras a otros planetas de nuestro Sistema Solar y hemos aprendido mucho a partir de sus registros. Sin embargo, nunca escuchamos realmente cómo sonaba otro planeta hasta la reciente misión Perseverance en Marte", explicó Leighton.

De esta manera, el especialista indicó que se ha sacado poco provecho hasta hoy de las ondas sonoras como un instrumento para la exploración planetaria. Por ejemplo, mencionó el caso de los mundos oceánicos o acuáticos, como algunas lunas en el Sistema Solar: varios satélites de Júpiter, Saturno o Urano podrían incluir océanos subterráneos bajo sus capas heladas. La presencia de agua líquida incrementa considerablemente la posibilidad de hallar vida en esos mundos.

Actualmente se están planeando diferentes misiones espaciales para estudiar esas lunas, que incluyen sondas dotadas de la tecnología necesaria para perforar el hielo superficial y descubrir detalles de los océanos subterráneos. Pero estas misiones son increíblemente costosas y requieren varios años de viaje para llegar a destino. Para Leighton, el esfuerzo económico y el tiempo invertido podrían ser menores gracias a las ondas sonoras

Ondas sonoras exploratorias

De acuerdo a un artículo publicado en Interesting Engineering, el sistema que ha diseñado podría permitir estudiar la composición interna de estos cuerpos empleando únicamente ondas sonoras para recorrerlos. La información que se recibiría en la Tierra haría posible determinar si existe o no alguna forma de vida en los océanos que se encentran en el interior de estos mundos

"El océano en Europa, la luna de Júpiter, es 100 veces más profundo que el Océano Ártico de la Tierra, y la capa de hielo que lo recubre es aproximadamente 1.000 veces más gruesa. En lugar de enviar una sonda física, podríamos dejar que las ondas sonoras viajen al lecho marino y regresen y exploren por nosotros", dijo Leighton en la nota de prensa de la Acoustical Society of America. 

Al mismo tiempo, agregó que las ondas sonoras también serían útiles para conocer las características más importantes y los elementos que componen la atmósfera de un planeta. Vale recordar que la existencia de una atmósfera protectora y su composición son uno de los parámetros más importantes para determinar la habitabilidad de un planeta. 

En consecuencia, comprender mejor la forma en que viaja el sonido a través del Sistema Solar podría afectar significativamente nuestra capacidad para entender e incluso explorar el cosmos, hasta convertirse en una herramienta fundamental cuando el ser humano supere progresivamente la barrera exploratoria de su propia galaxia.