Un grupo de investigadores de la Universidad del Norte de Arizona, en Estados Unidos, sostiene en una reciente investigación que es posible confirmar la presencia de vida multicelular en exoplanetas a través del estudio de las sombras de los árboles. Según una nota de prensa, una técnica basada en telescopios espaciales actualmente en desarrollo podría concretar las observaciones y hallar resultados en un futuro cercano.

Aunque ya se han descubierto más de 4.200 exoplanetas por fuera del Sistema Solar y el número continúa en aumento, todavía no ha sido posible detectar vida compleja en alguno de ellos. Tampoco se han logrado resultados concretos y evidentes en los planetas que componen nuestro Sistema Solar.

La confirmación de la existencia de vida fuera de la Tierra es una de las grandes obsesiones de la humanidad, pero para la astronomía ya ha dejado de ser una cuestión filosófica: los notables avances técnicos ponen a esta ciencia cada vez más cerca de hallar la gran respuesta, tanto en cercanías de nuestro planeta como en cuerpos planetarios extrasolares.

Precisamente en los exoplanetas se ha concentrado el grupo de científicos estadounidenses de la Universidad del Norte de Arizona, recurriendo a la sombra de los árboles para intentar descubrir vida multicelular en los planetas que se mueven por fuera del Sistema Solar. La investigación ha sido publicada en la revista especializada International Journal of Astrobiology.

Gráfico del diseño conceptual de la teoría de sombras que sostiene el equipo de investigación. Crédito: Universidad del Norte de Arizona. Sombras que muestran vida

En la Tierra hay más de tres billones de árboles, y cada uno de ellos proyecta sombras de manera diferente según el objeto o la ubicación del Sol. Sobre el mediodía, por ejemplo, las sombras corresponden en su gran mayoría a objetos humanos, plantas y otras formas de vida. Los especialistas sostienen que si no existiera vida multicelular en nuestro planeta, tampoco habría sombras de árboles en ese momento del día.

A partir de este razonamiento, elaboraron una teoría que indica que los árboles presentes en los exoplanetas como una forma de vida multicelular tendrían que proyectar sombras en ángulos solares elevados, distinguiéndose de la vida unicelular. Mediante el empleo de futuros telescopios espaciales sería posible observar los tipos de sombras proyectadas, determinando en consecuencia si existen formas de vida similares en exoplanetas.

Para avanzar en su teoría y eliminar la posibilidad de confundir la sombra de los árboles con la proyectada por cráteres en exoplanetas, los científicos realizaron observaciones en la réplica del sitio de alunizaje en el norte de Arizona, donde los astronautas del Apolo se entrenaron antes de la misión que los llevó a la luna. Usaron drones en diferentes momentos del día, confirmando que los cráteres proyectan sombras de manera diferente a los árboles.

Se utilizaron drones para capturar sombras de cráteres en la réplica del sitio de alunizaje, ubicada al norte de Flagstaff, Estados Unidos. Imagen: Universidad del Norte de Arizona. La tecnología de los telescopios espaciales

Por otro lado, una limitación técnica es que los telescopios espaciales que podrían estar disponibles en un futuro cercano solamente dispondrán de un píxel para poder confirmar la presencia de vida en exoplanetas. Si se requiere mayor definición, la búsqueda deberá aplazarse hasta que los telescopios espaciales avancen en ese aspecto.

Sin embargo, los investigadores creen que un futuro telescopio espacial podría basarse en las sombras encontradas en un único píxel. De ser así, sostienen que sería factible usar esta técnica para detectar vida multicelular en exoplanetas en las próximas décadas. ¿Serán finalmente las sombras de los árboles, mudos testigos de la historia, las que arrojen luz sobre la vida fuera de nuestro planeta?

Referencia

Distinguishing multicellular life on exoplanets by testing Earth as an exoplanet. Chris Doughty, David Trilling, Andrew Abraham et al. International Journal of Astrobiology (2020).DOI:https://doi.org/10.1017/S1473550420000270

Foto de portada: Pixabay en Pexels.