Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Juicio

El médico que atendió a la acusada de matar a su bebé al nacer en Yecla sospechó que ella conocía el embarazo

El sanitario explica que pensó que la joven estaba encinta por unas declaraciones que realizó a la matrona

La fiscal Torres interroga a Sandra M. L., acusada de matar a su hija en Yecla, este martes en Murcia. L.O.

El médico del 061 que atendió a la joven vecina de Yecla a la que se juzga estos días en la Audiencia Provincial de Murcia acusada de asesinar al bebé que había alumbrado ha manifestado este miércoles al declarar como testigo que dedujo que conocía que estaba embarazada -algo que ella ha negado en la vista oral- por un comentario que hizo cuando llegó al hospital.

El facultativo ha añadido que cuando informaba a la matrona sobre la intervención que había tenido en el domicilio de la acusada, al que había sido llamado de urgencia, la procesada comentó que "lo que tenía que echar ya lo he echado".

El testigo ha explicado que en un primer momento no sospecharon de que podría tratarse de un parto, ya que la acusada no tenía manchas de sangre, ni desarrollo mamario ni presentaba ningún otro indicio que apuntara a ello, y añadieron que tuvieron la creencia de que se trataba de un aborto espontáneo, ya que ningún familiar ni la propia Sandra le comunicó que hubiera existido un parto, por lo que tampoco se le ocurrió preguntar por la existencia del bebé.

En esta nueva sesión de la vista oral, que se desarrolla ante un jurado popular, ha intervenido igualmente como testigo la matrona que atendió a la joven en el hospital de Yecla, quien ha revelado que el ginecólogo pidió ver los restos del parto, y que un familiar de la acusada los entregó, metidos en una bolsa.

Otro testigo ha sido el ginecólogo que igualmente prestó asistencia a la procesada, que ha explicado a la Sala que los datos aportados por la ecografía que le fue practicada, como la presencia de laceraciones en la vulva y el tamaño del útero, revelaban que lo que había existido era un parto, no un aborto.

Los hechos que son juzgados estos días en la Audiencia, por los que la fiscalía reclama una condena de 18 años y un día de prisión, se produjeron en la vivienda familiar de la acusada el 11 de mayo de 2015. Según la acusación estatal, la joven, que en todo momento ha negado que supiera que estaba encinta, alumbró a los ocho meses de gestación un bebé de 2.570 gramos de peso, para añadir que este tuvo respiración autónoma, independiente de la madre, sin que presentara malformación alguna, falleciendo por asfixia

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