Agentes de la Policía Local y Nacional y bomberos que participaron en el operativo en Molina de Segura, después de que un sujeto, Antón, presuntamente disparase y lanzase cócteles molotov para atacar a su propia familia, detallan que vivieron “algo parecido a la guerra”, rodeados de fuego e incertidumbre. 

Cuatro policías nacionales de los que participaron en el operativo acabaron en el hospital, por inhalar humo, aunque afortunadamente se encuentran bien. “Lo que vivimos es difícil de olvidar, aunque también un orgullo al ver que sacamos a la gente”, detallan presentes en el suceso.

Los actuantes, guiados por la vocación de servicio, fueron rescatando a las personas atrapadas sin dejar de “escuchar explosiones y crujidos por todas partes”. De esta forma evacuaron a los vecinos de vías colindantes y los pusieron a salvo. Vecinos que están seguros de que Antón “no está el pobre bien de la cabeza”.

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Cuatro heridos al lanzar un individuo cócteles molotov a los coches y liarse a tiros en Molina de Segura Juan Carlos Caval

Los bomberos, en primera línea, se vieron en la tesitura de tener que apagar las llamas mientras Antón seguía pegando tiros. Agentes de Policía elogiaron la labor de estos efectivos, que sofocaron el fuego “escondidos, casi de rodillas en el suelo” para evitar que les diese un disparo de los que lanzaba el sospechoso.

En cuanto al presunto autor de los hechos, fue detenido cuando yacía, extenuado y casi sin sentido, en el pasillo de la vivienda. Anoche pasó su primera noche en la planta quinta del Morales Meseguer, en la unidad de psiquiatría. El que se llevó la peor parte en el suceso fue el padre de Antón, un octogenario que llegó al hospital con el 40% de la superficie de su cuerpo quemada. Tanto él como la madre del sospechoso estaban inconscientes cuando la Policía pudo rescatarlos, una vez que su hijo había parado en su espiral de violencia, al desmayarse.

Coches ardiendo en Molina de Segura.

Coches ardiendo en Molina de Segura. L.O.

Lo más duro y reconfortante a la vez para los bomberos y los policiales fue el rescate de los vecinos. Lo hicieron con mimo, “como si fueran familiares nuestros”, con el añadido de estar “respirando humo negro, lleno de monóxido de carbono, sin importarnos nada más que sacar a esas personas lo antes posible”. 

Fueron desalojados ocho residentes. Gracias a la pericia de los agentes, no hubo víctimas mortales en algo que los vecinos calificaron de “pesadilla”. “Era como estar en una película, aunque verla en la tele no da miedo y esto sí”, comentan.

 En un vehículo de la Policía Local de Molina de Segura se apreciaba, horas después, la marca de un tiro de los que pegó el sospechoso, que se enfrenta a cargos por tentativa de homicidio, atentado a la autoridad y lesiones. Aunque un examen forense, del Instituto de Medicina Legal, ha de determinar si esta persona en condiciones de ser llevada ante un juez. Dependiendo de su estado mental, podría ser inimputable.

Camiones de bomberos junto a los coches calcinados.

Camiones de bomberos junto a los coches calcinados. L.O.