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Investigación

El vecino de la fallecida en El Portús confirma el pacto de suicidio: "Colin me dijo que él no lo había logrado"

El testigo, que fue quien llamó a Emergencias tras el aviso del viudo, indica que halló al octogenario con una bolsa de basura y una corbata en la mano

Colin y Margaret, en una imagen familiar compartida en redes por sus allegados.

Colin y Margaret, en una imagen familiar compartida en redes por sus allegados. / L. O.

Ana Lucas

Ana Lucas

«Un espectáculo dantesco». Es lo que Miguel, residente en el camping de El Portús, asegura que se encontró en la casa de sus vecinos, Margaret y Colin, cuando este último le mandó un mensaje en el que le decía que su esposa había fallecido y que no sabía qué hacer.

Es lo que ha declarado este hombre, en calidad de testigo, ante la Guardia Civil, cuerpo competente para hacerse cargo de la investigación de la muerte de la mujer, que tenía 82 años.

Según explican fuentes cercanas al caso, Miguel, al recibir el mensaje de Colin, se personó en el domicilio de la pareja y halló al hombre «con una bolsa de basura y una corbata en la mano». Entonces el octogenario, según el testimonio del vecino, le contó que ambos se habían intentado suicidar, pero que él no lo había logrado y su esposa sí. Miguel también vio el cadáver de Margaret, algo que, indicó, le impactó mucho.

Fue el propio Miguel quien llamó a Emergencias aquella noche para solicitar ayuda. Al lugar se movilizó entonces una ambulancia, cuyos sanitarios únicamente pudieron certificar el deceso. También agentes del Instituto Armado, que hallaron a Miguel y a Colin en la vivienda. El viudo habló desde el principio de suicidio y lo achacó al «trato inhumano» que, aseguró, estaban pasando, dado que les iban a desalojar de sus casas y ellos querían quedarse. Según el octogenario, esta desesperación llevó a su esposa y a él a decidir suicidarse juntos. Sin embargo, ella murió y él estaba ileso.

Guardia Civil y el furgón funerario, la noche del hallazgo del cuerpo en el complejo.

Guardia Civil y el furgón funerario, la noche del hallazgo del cuerpo en el complejo. / Juana Martínez

Los sanitarios ofrecieron a Colin la posibilidad de atenderle, por si presentaba lesiones, pero el hombre no precisó de ningún tipo de asistencia, indicaron fuentes próximas a la investigación.

Se informó del deceso a la autoridad judicial, que procedió al levantamiento del cadáver, el cual fue trasladado en un furgón a las instalaciones que el Instituto de Medicina Legal tiene en Cartagena, para practicarle la autopsia.

El viudo dice que ella "se quitó la vida por el trato inhumano y la falta de apoyo de las autoridades"

En el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Cartagena se abrieron diligencias, tras tener conocimiento, por parte del Instituto de Medicina Legal, de la muerte de la octogenaria. Estas diligencias continúan abiertas, informan fuentes cercanas.

Se hace así al no tratarse de una muerte natural: ha de determinarse si es una muerte homicida, voluntaria o accidental.

Sin indicios de criminalidad

Desde la Guardia Civil indicaron la semana pasada a este diario que la investigación aún se encontraba abierta y apuntaron que, por el momento, no se había «detectado ningún indicio de criminalidad». Este periódico se puso este martes de nuevo en contacto con el cuerpo, para preguntar cómo seguía el caso, y recibió la misma respuesta: «No se han detectado signos de criminalidad». No obstante, el cuerpo no aclaró si las pesquisas seguían en marcha o si se había dado carpetazo al asunto.

Desde el inicio tanto Colin como el resto de vecinos vincularon la muerte de Margaret con el conflicto que mantienen varios residentes, desde hace meses, con la dirección del complejo. El viudo redactó unas líneas en las que decía: «Mi maravillosa esposa, mi media naranja, se quitó la vida debido al trato inhumano que recibían los residentes legales en el camping El Portús y a la total falta de apoyo por parte de todas las autoridades gubernamentales».

Carta de Colin, difundida por sus allegados en distintas redes.

Carta de Colin, difundida por sus allegados en distintas redes. / L. O.

«Sentía que estábamos completamente abandonados y no veía otra salida. Se trata de una tragedia causada por el dinero y por el fracaso de las autoridades a la hora de mantener un control legal adecuado», opina Colin, en una nota que difundieron, en inglés y español, en redes sus allegados.

«El suicidio fue causado por las torturas psicológicas», insisten los amigos de la pareja. Desde la Asociación Cala Morena (ACM) tienen claro que Margaret, como Colin, padeció «dos años de acoso y abandono institucional». Algo que desde la dirección del camping niegan. «No ha existido presión ni coacción hacia ninguna persona», reiteraron este martes, a preguntas de este periódico.

"No ha existido presión ni coacción hacia ninguna persona", reiteran desde el camping

«En todo momento hemos mostrado buena disposición y flexibilidad, ofreciendo voluntariamente, para quien lo necesitara, todos los medios del camping para los traslados o la búsqueda de alternativas, tratando cada caso de manera particular y teniendo en cuenta las diferentes circunstancias personales», aseguraron.

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