Violencia sexual

Una década en la cárcel por agredir sexualmente varias veces a su hija de 6 años en Las Torres de Cotillas: él lo admite todo

El hombre, que indemnizará a su hija con 50.000 euros por daños morales, pacta penas que suman 10 años entre rejas y ya está en prisión

Pancartas para clamar contra la violencia sexual en una manifestación en Murcia.

Pancartas para clamar contra la violencia sexual en una manifestación en Murcia. / Israel Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

Un hombre ha sido condenado a penas que suman una década entre rejas por agredir sexualmente en varias ocasiones a su hija, cuando la pequeña contaba con 6 y 7 años de edad. Ocurrió entre el año 2011 y el 2012 en Las Torres de Cotillas. Ahora, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia ha dictado la sentencia

En la vista, el individuo reconoció íntegramente los hechos por los que se sentaba en el banquillo, todas las partes renunciaron a la práctica de las pruebas que habían sido admitidas y se pactaron las penas, con las cuales el procesado mostró su conformidad. 

Echaba los dos pestillos

Tal y como se lee en el relato de hechos probados de la resolución, a la que ha tenido acceso este periódico, lo que hacía el sujeto era quedarse a solas con las chiquilla en el cuarto, donde «con el pretexto de jugar o ver la televisión, echaba los dos pestillos de la puerta para asegurarse que nadie entrara». Entonces la sometía a tocamientos.

En una ocasión, detalla el documento judicial, «estando la menor tumbada de lado en la cama de la habitación de su padre, este aprovechó para situarse detrás y, con ánimo de satisfacer su deseo sexual, le bajó las mallas, le agarró con fuerza los hombros» e intentó violarla. No lo logró porque la pequeña comenzó a gritar de dolor.

"Hay que destacar el valor y la dignidad con que la menor de edad ha afrontado todo el proceso judicial"

Pedro López Graña

— Abogado de la víctima

La resolución también precisa que el encausado llegó, en otra ocasión, a introducir su miembro en la boca de la niña, «mientras con la mano le tapaba los ojos».

A la hora de dictar sentencia, el tribunal tiene en cuenta las atenuantes de drogadicción, reparación del daño y confesión tardía.

Cuando salga de la cárcel, pasará otra década en régimen de libertad vigilada. Tendrá que indemnizar con 50.000 euros a su hija y con 10.000 a la madre de esta, por los daños morales. No podrá acercarse a menos de 300 metros de ambas durante 7 años.

Pedro López Graña, abogado que defendió los intereses de la pequeña y de su madre, opina que «la sentencia constituye un paso necesario hacia la justicia y la reparación del daño» en «un caso de extrema gravedad». 

«La niña fue traicionada por quien debía ampararla», lamenta el letrado, que apunta que «ese comportamiento deja heridas y cicatrices emocionales imborrables». En este sentido, López Graña pone el acento en que «una de nuestras prioridades ha sido minimizar el sufrimiento de la víctima» y recalca que «hay que destacar el valor y la dignidad con que la menor ha afrontado todo el proceso». 

Pedro López Graña.

Pedro López Graña. / La Opinión

«Debo agradecer el trabajo riguroso y comprometido de los profesionales que la hemos acompañado, con el letrado Bartolomé Lozano Pato a la cabeza», apostilla el conocido penalista.

Del mismo modo, López Graña significa que «este caso nos recuerda que la violencia sexual infantil no puede ni debe quedar silenciada», así como que «como ciudadanos, debemos tratar a estas víctimas con delicadeza, comprensión y respeto». «La pena impuesta nunca podrá borrar el sufrimiento vivido, pero supone una advertencia de que estos delitos no quedarán impunes», considera.

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