Investigación
El misterio del 'niño de Somosierra' cumple 39 años: "La desaparición más extraña de Europa"
Natural de Fuente Álamo, Juan Pedro Martínez, de estar vivo, tendría ahora 49 años: su pista se pierde tras estrellarse el camión cisterna lleno de ácido que conducía su padre

Juan Pedro Martínez, el día de su comunión: la foto difundida para buscarlo. / La Opinión
Tal día, como un, hoy 25 de junio, pero de 1986, comenzó la desaparición más extraña de Europa, a juicio de los investigadores de la Interpol. Juan Pedro Martínez Gómez, de entonces 10 años, iba (supuestamente) con sus padres en un camión cisterna cargado de ácido, que partidó desde la Región de Murcia al norte de España. El tráiler se estrelló y el niño se esfumó. Arranca el misterio del 'niño de Somosierra'.
Los progenitores perdieron la vida en el accidente y sus cuerpos sin vida quedaron sobre el asfalto. Del chiquillo, nada. La pista de Juan Pedro, natural de Fuente Álamo, se perdió aquel día. De estar vivo, tendría ahora 49 años.
¿Qué pasó de verdad?
Hay hipótesis para todos los gustos sobre qué le pasó al menor: desde que su cuerpo se disolvió en ácido y desapareció (llevaban 23.000 litros del mismo en el camión) hasta que fue secuestrado por unas personas que viajaban en una furgoneta blanca y pararon al ver el accidente.

Un bombero con mascarilla para respirar observa los restos del camión cisterna ya estrellado. / EFE
La teoría del ácido. Cuando el camión se estrelló y volcó, el compuesto químico se derramó por la calzado, aunque, según los testigos, los padres de Juan Pedro, sin vida, apenas estaban salpicados por restos del corrosivo.
Los científicos asegurarían después que el ácido no había disuelto el cuerpo del niño. No era posible que lo hiciese con tanta rapidez.
Hay que reseñar que, en ese momento, nada más estrellarse, ninguno de los presentes (vecinos, otros conductores, policías y bomberos) era consciente de que en aquel camión siniestrado viajaba también un niño, así que no se le buscó por los alrededores.
Bastante después, cuando se comunicó por teléfono (en una época en la que no había móviles) a los familiares de los difuntos, abuelos de Juan Pedro, lo que pasó cuando saltó la alarma. Los abuelos quisieron saber qué había sido de su nieto y contaron que iba en el tráiler con los padres. "¿Y el zagal?", preguntó la abuela.
Búsqueda en el monte
Una vez que se descartó la posibilidad de que el chiquillo hubiese sido trasladado a un centro hospitalario por otro conductor que circulara por el lugar y viese el siniestro, se pensó que quizás estaba en el cercano monte, vivo y desorientado.
En el despliegue para dar con él salieron helicópteros, caballos, perros y motos. Se peinó en un radio de 20 kilómetros. Nada. Hablaron videntes y parapsicólogos: se ofrecieron voluntariamente para tratar de dar con el chaval.
Se especuló entonces con que sus padres, al ver que el camión cisterna se quedaba sin frenos, lo lanzasen a la cuneta con intención de salvarlo: de ahí que se indagase en el monte.
Todo teorías. La Guardia Civil y los equipos que participaron en el rastreo durante días no dieron con ninguna pista sobre la presencia de Juan Pedro, vivo o muerto.
La última parada
La última parada que hacen, antes de las seis de la mañana, es en el Mesón Aragón, también conocido como restaurante El Mañ., a unos 40 kilómetros del Puerto de Somosierra. Se bajan los tres, los padres y el chiquillo, corrobaron los testigos. Apenas media hora después, se estrellan.
¿Pasó algo en esa última parada? ¿Tiene algo que ver con los ocupantes de la furgoneta que vieron los testigos pararse? Afirman que era blanca y se detuvo en el lugar del accidente apenas momentos después del mismo. Como si estuviese siguiendo al camión. De ella se bajaron un hombre y una mujer, cogieron un bulto (¿Juan Pedro?) y se fueron en su furgoneta.
"Se dieron a la fuga en dirección norte. Sin más explicación", contó luego un familiar del
¿Un alijo de droga?
Se especuló con que el padre había sido obligado a transportar droga en su camión. La familia denunció entonces que Andrés, el progenitor, había recibido amenazas durante semanas de una supuesta mafia que quería que trabajara para ellos. De ahí salió la teoría de que alguien había raptado al menor hasta asegurarse la entrega de los estupefacientes en el destino.
Tiempo después, los investigadores hallaron droga, en concreto heroína, en el interior de la cisterna, donde había una lona blanca que contenía heroína. El alijo estaba rodeado de ácido.
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