Investigación

Los cadáveres hallados en Librilla no tienen huellas dactilares

El aceite que había en el depósito hizo las veces de conservante de los cuerpos, que serán identificados gracias el ADN de sus hijos

Investigadores de la Guardia Civil, en Librilla durante las labores de búsqueda para recuperar los cuerpos ya localizados.

Investigadores de la Guardia Civil, en Librilla durante las labores de búsqueda para recuperar los cuerpos ya localizados. / MARCIAL GUILLÉN (EFE)

Ana Lucas

Ana Lucas

Los dos cadáveres hallados en la nave de Librilla, que se encuentran desde hace una semana en dependencias del Instituto de Medicina Legal de Murcia para una autopsia que se prevé complicada, carecen de huellas dactilares, informan fuentes cercanas a la investigación. 

La autopsia de los restos mortales, que corresponden a dos varones adultos, comenzó este lunes, pero su resultado tardará todavía. Investigadores apuntan que el borrar las huellas dactilares se habría hecho a fin de dificultar la identificación de los cuerpos. Que, sin embargo, al estar en un depósito de aceite, resulta que este líquido los conservó, explican.

Hay indicios de que se trata de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, los dos amigos cuyo rastro se pierde en diciembre, después de que uno de ellos mandase la ubicación (de la empresa de Librilla) a su esposa. A falta de huellas, el ADN será clave en la confirmación. Los investigadores solicitaron una muestra de ADN de los hijos de ambos desaparecidos, a fin de compararlo con el de los restos.

Suciedad y sosa cáustica

Los restos estaban dentro de una arqueta para echar el aceite usado de los coches. Los investigadores hallaron dos tapas, una de alcantarillado de metal y otra de plástico; entre las dos había una capa de agua. En el hoyo había mucha suciedad, palos, bolsas de cal viva y sosa cáustica. Se trataría de productos corrosivos con los que los sospechosos pretenderían hacer desaparecer los cadáveres.

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La Opinión

Dado lo estrecho del agujero del depósito en sí, los investigadores consideraron que había que perforar el hormigón y realizar una abertura al lado, a fin de contar con más espacio para poder acceder y recuperar los restos. De ahí que tardasen tanto en sacarlos.

Antes, ya encontró sangre humana, como publicó en primicia este diario y consta en un informe del Equipo Central de Inspección Ocular (ECIO) del Instituto Armado, cuerpo que tuvo durante días tomada la sede de la firma, dedicada al transporte y a la compra y venta de ganado, para tratar de hallar un vestigio de qué pasó aquel 14 de diciembre, día en el que se esfuman los dos amigos.

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