Tribunales
El hombre que mató su amigo a cuchilladas en su casa de Llano de Brujas, culpable de asesinato
El jurado emite su veredicto una semana después del comienzo del juicio por la muerte violenta de Pedro Alfonso en su domicilio hace dos años
La discriminación por razones de orientación sexual no queda probada y Fiscalía pide ahora 10 años para el encausado
El procesado, Francisco (i), en el banquillo en la primera sesión del juicio por el crimen de Llano de Brujas, junto a su abogado. / JUAN CARLOS CAVAL
En el verano de hace dos años, el cuerpo sin vida de Pedro Alfonso, de 54 años, era encontrado por la Guardia Civil, cosido a puñaladas, en un charco de sangre en el patio de su vivienda de Llano de Brujas, población perteneciente a la capital de la Región, Murcia. Su amigo Francisco, presente en el lugar, explicó que lo había matado él. Así lo ha admitido desde el primer momento.
Casi dos años después de aquel crimen arrancaba el juicio con jurado popular contra Francisco. El hombre se sentó el lunes, 5 de mayo, en el banquillo en la Audiencia Provincial de Murcia. Una semana después, ya hay veredicto.
Los miembros del jurado tienen claro que Francisco es culpable de haber dado muerte a su amigo. Así lo comunicaron en la lectura del veredicto, que se produjo este lunes por la tarde en la sala del Palacio de Justicia donde se ha celebrado el juicio.
La discriminación por razones de orientación sexual no queda probada y Fiscalía pide ahora 10 años para el encausado (antes pedía 20, lo que sigue solicitante la acusación particular).
El Ministerio Público también reclama que el procesado dé 20.000 euros a cada uno de los dos hijos de su víctima, un dinero que la acusación particular eleva a 55.000 por descendiente.
Ambos varones, Francisco y Pedro Alfonso, se habían conocido en un centro de desintoxicación. Pedro invitó a su amigo a pasar un día en su casa de Llano de Brujas, donde se produjo el crimen.
"Reacción de rechazo"
Francisco alegó que se puso violento porque tuvo «una reacción de rechazo» a las pretensiones de su amigo, que, según contó, le había pedido tener sexo.
Le dio un golpe y una quincena de puñaladas. Tras el crimen, Francisco llamó a su amigo Roberto, que fue quien alertó a la Guardia Civil. Una patrulla fue a la casa, Francisco les abrió la puerta y manifestó lo que hizo. Los investigadores, cuando examinaron el cadáver, no apreciaron «ni signos de lucha ni de defensa» por parte de la víctima, que yacía en un charco de sangre en el patio de su casa.
El sospechoso del crimen de Llano de Brujas, en el banquillo en la primera sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Murcia. / JUAN CARLOS CAVAL
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