Tribunales

Le piden 20 años de cárcel por matar en Llano de Brujas a un amigo que le pidió tener relaciones sexuales

El juicio contra Francisco B. M., de 43 años y que desde un principio admitió el crimen, arranca con la composición del jurado popular

El sospechoso del crimen de Llano de Brujas, en el banquillo en la primera sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Murcia.

El sospechoso del crimen de Llano de Brujas, en el banquillo en la primera sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Murcia. / JUAN CARLOS CAVAL

Ana Lucas

Ana Lucas

Dos décadas entre rejas. Es lo que la Fiscalía pide para Francisco B. M., de 43 años, el hombre que desde este lunes se sienta en el banquillo por, presuntamente, matar en una casa de Llano de Brujas a un amigo suyo que, según dijo, pretendía tener sexo con él. Lo cual, explicó, lo enfureció hasta golpearlo con un objeto y luego coserlo a cuchilladas.

En el verano de hace dos años, el cuerpo sin vida de Pedro Alfonso, de 54 años, era encontrado por la Guardia Civil, cosido a puñaladas, en un charco de sangre en el patio de su casa de Llano de Brujas, población perteneciente a la capital de la Región. Lo había matado, según dijo él mismo, su amigo Francisco. Ahora, el juicio con jurado popular contra Francisco, que desde un principio admitió el crimen, arrancaba este lunes en la Audiencia Provincial de Murcia. Lo hacía con la constitución del jurado popular.

Este lunes, la acusación particular que defendía los intereses de la madre del difunto (una mujer que ya ha fallecido) renunció a su personación en el juicio. A la vez, se sumaba una nueva parte: la que representa a los dos hijos de Pedro Alfonso. Así, además de la pena de veinte años de cárcel solicitada por el Ministerio Público, el procesado previsiblemente tendrá que indemnizar a los dos descendientes de su víctima (uno de 35 años y el otro de 30.

Asesinato y ensañamiento

El hombre se sienta en el banquillo como presunto autor de un delito de asesinato con ensañamiento, puesto que el cadáver presentaba 15 puñaladas. Aquella noche, profesionales de Criminalística del Instituto Armado tomaron el domicilio de la avenida Silva Muñoz, el escenario del crimen. En el interior de la vivienda se encontraron con todo revuelto: además, había sustancias estupefacientes.

A plomo en el suelo

Tal y como se lee en el relato de hechos justiciables del caso, el acusado estaba en un hotel de Murcia porque había abandonado, por propia voluntad, una 'comunidad terapéutica' en la que estaba ingresado siguiendo un tratamiento de deshabituación del consumo de alcohol y drogas. Llamó a su padre y se lo contó. El progenitor tuvo miedo a que su hijo volviese a drogarse, así que recurrió a sus amistades: llamó a uno de los amigos, Roberto, al cual no le fue posible ir al establecimiento hotelero, a ver cómo estaba Francisco. Así que Roberto avisó a Pedro Alfonso. La víctima.

Agentes de la Guardia Civil custodian la vivienda de la avenida Silva Muñoz donde el hombre fue acuchillado

Agentes de la Guardia Civil custodian la vivienda de la avenida Silva Muñoz donde el hombre fue acuchillado / Marcial Guillén/EFE

Ambos varones, Francisco y Pedro Alfonso, se habían conocido en otro centro de desintoxicación, detalla el documento judicial, al que ha tenido acceso este periódico. Pedro invitó a su amigo a pasar un día en su casa de Llano de Brujas.

Fue ahí donde "tras conversar durante largo tiempo y compartir experiencias a la vez que consumían diversas sustancias estupefacientes durante ese tiempo, Pedro Alfonso comunicó su orientación homosexual a Francisco, solicitándole a este un contacto explícito de carácter sexual, que desembocó entre las 20.45 y las 21.15 horas en una reacción de rechazo por parte de Francisco, llegando Pedro Alfonso a arrojar restos de pintura sobre los brazos, piernas y cuello de Francisco", continúa el auto.

En ese momento, "Francisco reaccionó sorpresivamente, golpeando a Pedro Alfonso con un objeto romo a la altura de la región auricular izquierda, produciéndole un traumatismo craneofacial que le hizo caer a plomo en el suelo".

Con su víctima en el suelo, "Francisco cogió un cuchillo jamonero y le causó a Pedro Alfonso, con ánimo de acabar con su vida, una herida incisa en la región cervical izquierda de unos 11,5 centímetros de longitud que afectó a planos profundos, así como 14 heridas inciso punzantes ejecutadas compulsivamente", prosigue el texto. Algunas puñaladas le alcanzaron el pulmón izquierdo; otras, directamente el corazón.

No se defendió

Los investigadores no apreciaron "ni signos de lucha ni de defensa" por parte de la víctima. Tras el crimen, Francisco llamó a su amigo Roberto, que fue quien alertó a la Guardia Civil. Una patrulla fue a la casa, Francisco les abrió la puerta y manifestó lo que hizo.

El sospechoso ingresaba, 48 horas después del crimen, en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Así lo determinaba el titular del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Murcia, en funciones de Guardia, y ahí ha permanecido hasta que se ha fijado su juicio. El cual daba comienzo este lunes.

"El acusado manifestó a los médicos forenses que tuvo delirios religiosos y alucinaciones y que a veces creía ver en Pedro Alfonso a Dios y en otras al demonio", apunta el documento judicial.

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