Investigación

Investigan si la venta de unas tierras motivó el crimen de la septuagenaria de Archena

La Guardia Civil estrecha el cerco sobre los conocidos de la mujer asesinada hace un mes e indaga en quién pudo beneficiarse económicamente de su fallecimiento

Un hombre fotografía la puerta de la vivienda en la que fue hallada muerta la mujer en Archena.

Un hombre fotografía la puerta de la vivienda en la que fue hallada muerta la mujer en Archena. / EFE

Ana Lucas

Ana Lucas

Rosa, la vecina de 73 años de edad hallada muerta en marzo en su domicilio de La Algaida, en Archena, con varios golpes en la cabeza, había vendido recientemente unos terrenos de su propiedad, en una operación que le había supuesto una cuantiosa cantidad de dinero.

La Guardia Civil, que continúa con las pesquisas en marcha y aún no ha detenido a nadie, estrecha el cerco sobre los conocidos de la mujer, en especial sobre aquellos que pudiesen haberse beneficiado del deceso, manifiestan fuentes cercanas al caso.

La puerta de la casa de Rosa no estaba forzada, lo que lleva a los investigadores a creer que conocía a su asesino

La puerta de la vivienda de Rosa no estaba forzada, por lo que los investigadores tienen claro que la persona que entró y acabó con la vida de la septuagenaria o bien tenía llaves o entró porque la mujer le abrió la puerta. Sea como fuere, los que tienen claro los especialistas de la Policía Judicial que llevan el caso es que Rosa conocía a la persona que le quitó la vida.

En cuanto al modus operandi, no se descarta que la agresión que resultó letal se produjese ‘en caliente’, en el transcurso de una discusión por los citados motivos económicos que están en la lupa de los investigadores.

Casa de La Algaida, en Archena, donde fue encontrada la mujer muerta.

Casa de La Algaida, en Archena, donde fue encontrada la mujer muerta. / EFE

Rosa, que llevaba años viuda, formaba parte de una extensa familia formada por sus cuatro hijas y los descendientes de estas, además de sus cónyuges. Los expertos del Instituto Armado han tomado declaración a las personas más allegadas de esta vecina.

No fue un accidente

Cabe recordar que el cuerpo sin vida de la mujer era descubierto, sobre las dos de la tarde, por una de sus cuatro hijas. Rosa estaba en el suelo de la cocina, inconsciente en un charco de sangre. La hija telefoneó a Emergencias.

Aunque se barajó la posibilidad de que la septuagenaria pudiese haber sufrido un accidente doméstico, con lo que su fallecimiento sería fruto de una caída, una primera inspección ocular reveló que presentaba varias lesiones, visibles a primera vista, en la testa. Al descubrir estos «aparentes signos de violencia», como se refirió la Guardia Civil en un comunicado, arrancó la investigación y el caso pasó a manos de la Policía Judicial. 

Las actuaciones siguen secretas por mandato judicial.

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