Sucesos

Un paciente agresivo amenaza al vigilante del centro de salud de La Unión porque no le daban un ansiolítico

El hombre insistía en que le suministrasen Rivotril y los testigos llamaron a agentes de la Policía Local, con quienes también se encaró

Centro de salud de La Unión en el que se produjeron los hechos, en una imagen obtenida de la cuenta de Facebook de la Policía.

Centro de salud de La Unión en el que se produjeron los hechos, en una imagen obtenida de la cuenta de Facebook de la Policía. / Policía Local

Ana Lucas

Ana Lucas

Alteración del orden y falta de respeto. Por ambas cosas ha sido denunciado un hombre, cuya identidad y edad no han trascendido, que presuntamente amenazó al vigilante del centro de salud de La Unión porque quería un ansiolítico y no se lo daban, indican fuentes policiales.

Los hechos tuvieron lugar el jueves, sobre las siete y cuarto de la tarde. Desde el mismo Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) avisaron a Emergencias: había un paciente gritando, violento, y se necesitaba presencial policial.

Al lugar se movilizaron agentes de la Policía Local, que, al llegar, encontraron al varón, el cual, efectivamente, estaba muy agresivo. Tanto, que llegó a encararse con los propios municipales y les faltó al respeto, apuntan desde el cuerpo en una publicación de Facebook.

El hombre insistía en que le suministrasen Rivotril, un fármaco que ha de recetar un psiquiatra. "Se le remitió al hospital", detalla la Policía. No se procedió al arresto del hombre, aunque sí se le extendieron dos denuncias.

Para hacer karkubi

El Rivotril se usa para la epilepsia y como ansiolítico, pero ha de prescribirlo un médico. El problema es que también puede llegar a emplearse como base para la fabricación del karkubi.

Y es que el Rivotril comenzó a ser utilizado por las mafias de Marruecos para elaborar karkubi, una droga que se fabrica mezclándolo con hachís y que es muy popular en los estratos sociales más desfavorecidos del país alauita. Una moda que no ha tardado de dar el salto en España, donde según cálculos policiales, el tráfico de ilegal de este psicotrópico mueve un negocio de más de 100 millones de euros cada año.

Tracking Pixel Contents