Investigación

Salvaje agresión a golpes a dos hermanos en Atalayas: "Tenemos miedo a salir a la calle"

La Policía busca a tres individuos que pegaron a Juan Diego, de 24 años, y a Mariángel, de 20, la pasada Nochebuena en Murcia

Mariángel sostiene la mano de su hermano, Juan Diego, que permanece en la cama del Virgen de la Arrixaca de Murcia, recuperándose.

Mariángel sostiene la mano de su hermano, Juan Diego, que permanece en la cama del Virgen de la Arrixaca de Murcia, recuperándose. / Israel Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

«Estamos muy mal, con miedo a salir a la calle, no puedo dormir, no paro de recordar», dice Mariángel, de 20 años, que atiende a La Opinión desde la habitación del Virgen de la Arrixaca, en Murcia, en la que se recupera su hermano mayor, Juan Diego. Él no puede hablar: tiene la mandíbula rota «por dos sitios» después de sufrir una salvaje agresión a manos de tres individuos, a los cuales busca la Policía Nacional.

Los hermanos, cada uno con sus respectivos amigos, salieron de fiesta por la zona de ocio de Atalayas tras la cena de Nochebuena. Los conflictos empezaron ya en el interior de una de las discotecas, donde «una amiga se dirigió hacia mí y me dijo: ‘A tu hermano le van a pegar dos personas’», rememora Mariángel.

Una de esas personas era un sujeto al que, según detalla la joven, «sacaron de la discoteca porque ya estaba buscando problemas a mi hermano». Se trataba de un varón, insiste la joven, al cual ninguno de ellos conocía «de nada».

En el exterior del local de ocio, prosigue, «me encontré con este tipo, le dije que por qué quería pegar a mi hermano». Fue entonces cuando, relata Mariángel, el desconocido le soltó «que la ex (de Juan Diego) decía que mi hermano no la dejaba en paz y que yo la había amenazado». La chica tiene claro que fueron rencillas con la antigua pareja del joven las que dieron lugar a la agresión, aunque será la investigación policial la que determine si esta mujer tiene algo que ver o no con lo acontecido.

"La cara deformada"

«Mi hermano empezó a encararse con este tipo al que sacaron de la discoteca y empezaron los golpes», recuerda Mariángel, que va desgranando cómo «a mi hermano de un golpe este chico lo tiró al suelo y entonces vinieron dos más a darle patadas, de todo». 

«Yo le vi la cara a mi hermano y la tenía deformada, con sangre, totalmente destrozada», subraya la joven, residente, con su familia, en la población murciana de Algezares. Recuerda que «eran tres contra uno» y que ella trató de mediar en la brutal agresión. «Por defenderlo (a Juan Diego), uno de esos chicos me agredió», asevera. La joven aún tiene marcas visibles en su rostro de las heridas.

Juan Diego se recupera en la cama de su habitación del Virgen de la Arrixaca mientras dos de sus familiares se abrazan frente a él.

Juan Diego se recupera en la cama de su habitación del Virgen de la Arrixaca mientras dos de sus familiares se abrazan frente a él. / Israel Sánchez

Uno de los atacantes actuaba «sin remordimiento», sentencia la chica, al detallar que este sujeto «nos quería seguir pegando y me pegó a mí y a mi hermano», al cual ella abrazó, a fin de proteger.

Un botellazo en la testa

En un momento dado, apostilla, «me quedé en shock», y reaccionó cuando «le pegaron un botellazo en la cabeza a mi hermano». «Él estaba como tambaleando, yo me tiré en el suelo, empecé a gritar: ‘¡Mis pastillas, mis pastillas, por favor!’ Porque tomo pastillas para la ansiedad», recalca.

Juan Diego, de 24 años, sacó fuerzas no sabe aún de dónde, pues estaba malherido, para acercarse a su coche (estacionado al lado y en el interior del cual dormía la borrachera un amigo) en busca de los fármacos que demandaba su hermana pequeña, a fin de tranquilizarla. El chico estaba al límite y «se desplomó», significa Mariángel. «Una amiga mía lo sostuvo, ya mi hermano se desmayó y empezó a convulsionar», indica.

Los agresores escaparon en un coche, del cual alguien apuntó la matrícula. Una ambulancia trasladó al joven al Virgen de la Arrixaca de Murcia. Diagnóstico, traumatismo craneoencefálico

El jueves día 26, sus familiares pusieron la pertinente denuncia. Mientras, Juan Diego trata de reponerse. «Le da miedo ir a su trabajo, porque no sabe quién lo va a esperar, por si se le planta un desconocido», dicen sus parientes, que esperan que la Policía localice y arreste en breve a los tres atacantes.

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