El militar de Alcantarilla que cambió su sexo registral a mujer es un maltratador condenado

La Fiscalía ha pedido que se investigue si la persona que es militar profesional en la Base Aérea de Alcantarilla, y que cambió su sexo registral a femenino en 2023, incurrió en un fraude de ley, informan fuentes cercanas al caso.

Esta persona se ha librado de la acusación de violencia machista, pese a que su pareja, una mujer, ha denunciado ante la Guardia Civil que la golpeó y tiró al suelo en un bar, y tiene partes médicos de las lesiones.

El episodio violento aconteció en la celebración, en un local, de la festividad de la Virgen de Loreto, patrona del Ejército del Aire. Según se lee en la denuncia, a la que ha tenido acceso este diario, la militar trans y su pareja comenzaron a discutir porque la militar (aunque en la denuncia de la Guardia Civil se refieren a esta persona en masculino) le prohibió bailar en el bar. Asegura la víctima que la insultó y que «en un momento dado, la cogió por el pelo y la lanzó hacia la pista de baile, cayendo al suelo».

El juicio, para septiembre

El juicio del caso ha sido fijado para septiembre de 2025 y se tratará como violencia doméstica, al ser, técnicamente, dos mujeres.

Se da la circunstancia de que esta persona tiene en su historial una condena por violencia de género. Se le condenó, en 2010, por agredir a una pareja anterior, según ha podido comprobar este periódico. Desde que es oficialmente mujer (lo cambió en agosto del año pasado), ya no puede tener más acusaciones por delito de género.

Nombre y aspecto masculino

Esta persona, de 52 años de edad, no ha modificado su nombre (de varón) ni su apariencia, que es típicamente masculino: la Ley Trans no le obliga a hacerlo.  

Es lo mismo que hizo un policía local de Beniel el año pasado: pasó a ser mujer, pero legalmente conservó su nombre y no ha cambiado su aspecto exterior.

Dado que esta militar trans fue, en tiempos, un maltratador condenado, el Ministerior Público ha solicitado que se indague en si pudo cometer un fraude de ley. 

Su última víctima, con la que apenas llevaba tres meses, ha pedido una orden de alejamiento, ya que siente miedo.