Investigación

Un hombre mata en Guipúzcoa a su expareja con una escopeta recortada y se suicida

Las primeras pesquisas señalan que el varón, de unos 50 años y disparó contra la mujer, de 47, en plena calle en la localidad de Orio

Un hombre mata a su expareja en plena calle en la localidad guipuzcoana de Orio

Agencia ATLAS

NTM

Conmoción en la localidad guipuzcoana de Orio tras un suceso que apunta a un atroz crimen machista. Un hombre y una mujer han fallecido este martes en la localidad en circunstancias que está investigando la Ertzaintza, y cuya autoría se atribuye al varón fallecido. El suceso ha ocurrido sobre las 17.30 horas en la calle Arrantzale, en el exterior de un parque infantil, donde al parecer se encontraban ambos. 

Tras una confusa secuencia de hechos en la que se han barajado diferentes hipótesis, la investigación por la muerte de estos dos vecinos de Orio apunta finalmente a la posibilidad de que el primero disparara con una escopeta recortada contra la chica y que posteriormente pusiera fin a su vida, según han informado a Efe fuentes del caso.

En un primer momento, se ha planteado la posibilidad de que las muertes hayan sido consecuencia de la explosión de un artefacto oculto en un paquete, una hipótesis que finalmente ha sido descartada tras el hallazgo de una escopeta recortada por parte de la Ertzaintza.

Según testigos presenciales, ha sido el hombre, Alberto Casado, natural de Orio y de unos 50 años, quien se ha acercado a la mujer, con la que al parecer había mantenido una relación sentimental. Lurdes, de 47 años y madre de dos hijas adolescentes, trabajaba en la empresa Transportes Frigoríficos Indo de Orio. Era natural de Donostia pero residía en el municipio costero. “Estoy que no me lo creo. Esta misma mañana le he visto con su hija, como siempre, sonriente”, decía, desolada, una conocida poco después de conocer la noticia. 

La Ertzaintza trata de esclarecer las circunstancias en la que se han producido los disparos. La principal hipótesis apunta a un caso de violencia de género. En un primer momento se ha apuntado a la posibilidad de que una tercera persona, un viandante que se encontraba cerca del lugar, había resultado herida al pasar por la zona, aunque fuentes de la investigación han descartado ese extremo.  

Un café en el bar

La confusión por lo ocurrido ha sido una constante durante toda la tarde en el municipio costero, donde los vecinos no podían dar crédito. “No le he visto ningún comportamiento extraño en todo el día. Estoy jodido porque éramos amigos. Alberto era un chaval normal y corriente que trabajaba en Itziar. Era entrenador de fútbol sala y pescador. Hoy ha venido al bar como acostumbraba. Ha estado dos veces, a las 15.00 horas y a las 15.45 horas. Se habrá ido de aquí a las 16.20 horas”, explica a este periódico Jorge Álvarez, el dueño del bar Aurrera, un establecimiento próximo al lugar de los hechos, al que había acudido poco antes el hombre implicado en los hechos. 

Una hora después de tomarse el cortado, los vecinos han escuchado lo que parecía una explosión. “Al principio nos ha parecido un ruido de petardos, pero pronto nos hemos dado cuenta de que era algo mucho más grave”. Una joven que se dirigía en esos momentos al euskaltegi ha relatado que tras escuchar la deflagración se ha girado, justo “cuando una persona se desplomaba y otra estaba sentada sin vida en el banco”.

Los sanitarios desplazados al lugar han hallado los cuerpos de las dos víctimas con heridas en la cabeza junto a un banco ubicado en el exterior del parque. El cuerpo de la mujer se encontraba sentado en el banco. El hombre estaba tendido en el suelo.

Las primeras investigaciones apuntaban a que había podido estallar un paquete que portaba el varón, que residía a escasos metros del lugar de los hechos. Después se ha sabido que se ha hallado la escopeta recortada utilizada en el crimen. La zona ha sido acordonada bajo una intensa vigilancia policial, y al lugar se han desplazado especialistas en investigación de la Ertzaintza para esclarecer el suceso. 

El varón residía en la calle Estropalari de la localidad, a unos 200 metros del lugar de los hechos. Agentes de la Ertzaintza se han desplazado a las 20.30 de horas a la vivienda del fallecido, donde el varón residía con su madre, en busca de indicios que arrojen luz sobre el caso. 

Al parecer, los dos fallecidos, de unos 50 años, habrían mantenido una relación sentimental que había acabado hacía poco tiempo. La mujer tenía dos hijos de una relación anterior. Vecinos del municipio la describían como una mujer “simpática y amable”.

Todas las calles adyacentes han sido acordonadas bajo una fuerte vigilancia policial. Los cuerpos han sido cubiertos con una carpa policial. 

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  • El número 016 atiende situaciones de posible violencia de género ofreciendo información y asesoramiento a las posibles víctimas de violencia de género.
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