Un potente pesticida antiroedores llamado fosfuro de aluminio pudo estar detrás de la muerte por intoxicación de Natividad, una mujer de 56 años, y su hijo de 16, en un pequeño pueblo de Segovia. Así lo creen los investigadores de la Guardia Civil que se desplazaron ayer hasta Carbonero de Ahusín para esclarecer los terribles hechos que han dejado además al padre de la familia, Nicolas, de 58 años, en estado grave en el hospital de Segovia.   

Varias cintas de la Guardia Civil alertando de "riesgo biológico" rodeaban ayer la casa de la familia Llorente, que colindaba con una suerte de molino donde la familia se dedicaba a almacenar y moler el grano y que había sido recientemente fumigado por una empresa especializada, dada la alta toxicidad del producto usado. 

Los investigadores tratan ahora de determinar cómo la familia entró en contacto con esta sustancia, ya que el granero llevaba precintado varios días después de que se rociara el grano almacenado con el pesticida, según explicaron fuentes de la investigación a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica. La Guardia Civil sospecha que el gas tóxico pudo haber pasado a la casa anexa a través de algún conducto de ventilación. 

 El fosfuro, que es usado para evitar ciertas plagas, insectos o ratones, es muy tóxico tanto para humanos como animales ya que cuando es expuesto a la humedad, libera gas fosfina, de fácil absorción por inhalación o contacto.  

Robot de la Guardia Civil

Durante toda la mañana, el pueblo fue un ir y venir constante de agentes de la Guardia Civil que montaron un operativo especial en la zona. Un robot teledirigido se encargó de entrar tanto en el granero como en la casa para medir la toxicidad del interior, para que después fueran los agentes venidos de Madrid con trajes NBQR, una indumentaria especial que proteger el torso y las extremidades de la exposición directa ante agentes químicos y biológicos, los que entraran a coger muestras del interior. 

Las muertes, que se se produjeron el domingo -la del menor-, y la de su madre un día después, han sacudido la tranquilidad de este pequeño pueblo de 244 habitantes donde la familia, que se dedica a la agricultura y la ganadería -tienen varias naves donde ceban cerdo-, es muy conocido.

"Es tremendo, la verdad, él es quinto mío, tiene 58 años, y ya no sé cuántas veces nos han dicho que se ha muerto también. Parece que está grave, pero vive. La familia tiene dos hijas más, una está en Madrid y la otra en Estados Unidos", comentaba visiblemente impactado uno de los vecinos del pueblo.

El caso está en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Santa María la Real de Nieva (Segovia) y será el resultado de la autopsia de los fallecidos lo que determine la causa de las muertes.

"Ahora mismo, todo lo que sabemos son indicios", ha declarado Lirio Martín, subdelegada del Gobierno en Segovia, mientras la alcaldesa del municipio, Sandra Ayuso, ha evitado hacer declaraciones, aunque ha mostrado su apoyo a los familiares.