Tribunales

A la cárcel en Murcia por intentar estrangular a su pareja por cómo le había planchado la ropa

La llegó a empujar por las escaleras, le rompió una botella de cristal en la cabeza y la dejó abandonada cuando perdió el conocimiento

Fachada de la Audiencia Provincial de Murcia.

Fachada de la Audiencia Provincial de Murcia. / L.O.

EFE

La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a penas que suman doce años de prisión a un hombre que tras maltratar de forma continuada a su pareja porque no le gustaba la comida o cómo le había planchado la ropa intentó estrangularla, dejándola abandonada cuando ella perdió el conocimiento.

La sentencia lo condena a nueve años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa y a otros tres por un delito de malos tratos habituales, junto con sendas órdenes de alejamiento de 500 metros de diez y cinco años de duración, respectivamente.

El relato de hechos probados señala que el acusado y la víctima iniciaron una relación de pareja en 1995 y que desde el inicio de la convivencia el primero adoptó una actitud de dominación en la vivienda familiar y que era frecuente que durante las discusiones lanzara o rompiera objetos o los arrojara contra ella.

Además, controlaba sus comunicaciones con el móvil y la vejaba y humillaba con insultos, "agrediéndola en multitud de ocasiones y en presencia de los hijos, incluso desde que estos eran menores de edad, llegando a empujarla por las escaleras o rompiéndole una botella de cristal en la cabeza".

Cuando ya se encontraban separados de hecho, en julio de 2019, el acusado acudió al que había sido domicilio familiar y en el transcurso de una discusión por los celos que sentía, le dio una paliza con golpes por todo el cuerpo y le apretó el cuello, marchándose del lugar cuando ella perdió el conocimiento.

El tribunal, que lo condena también a indemnizarla con doce mil euros, añade que aquella agresión le causó lesiones que tardaron en curar 21 días.

La sentencia recoge también que la denunciante afirmó en el juicio que la actitud violenta de su pareja se manifestó de manera reiterada durante los años de convivencia y que su forma de protestar consistía en el lanzamiento o la destrucción de objetos o de los enseres de la casa o en la agresión a ella.

En ocasiones, añadió, actuaba así porque no le gustaba la comida, llegándole a lanzar los platos, o por discrepar de la forma en que le había planchado la ropa o de cómo había dispuesto los alimentos en el frigorífico.