Judicial

El acusado de quemar vivo a un hombre en Mazarrón: "Lo único que sé es que la cabeza no la tengo bien"

"Veo sombras y escucho voces", dice el sospechoso de incendiar una caravana y matar al hombre que dormía ahí con su esposa

Juan Antonio F.Y., este lunes en la sala de la Audiencia donde arrancó el juicio por la muerte de Reijo en Puerto de Mazarrón.

Juan Antonio F.Y., este lunes en la sala de la Audiencia donde arrancó el juicio por la muerte de Reijo en Puerto de Mazarrón. / Juan Carlos Caval

Ana Lucas

Ana Lucas

"Lo único que sé es que estoy mal, la cabeza no la tengo bien", decía este lunes Juan Antonio F.Y., el hombre que se sienta en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Murcia por, presuntamente, provocar un incendio y matar a un desconocido para él: Reijo, un finlandés que dormía en su caravana junto a su esposa, Lilja, que sobrevivió, aunque resultó gravemente herida. Esto aconteció en Puerto de Mazarrón en diciembre de hace cuatro años. La Fiscalía pide para este individuo penas que suman 36 años de cárcel por los delitos de asesinato, lesiones daños cualificados mediante incendio. 

Lo que hizo el sujeto, según la calificación fiscal, fue coger unos colchones de una escombrera, arrastrarlos hasta la avenida Doctor Meca, en la urbanización Los Caleñares del Puerto de Mazarrón, y prender fuego "con un mechero u otro instrumento similar a uno de los colchones, que comenzó a arder con tal virulencia que se propagó rápidamente hacia la autocaravana, provocando que ésta explotase".

Dijo tener "trastorno bipolar, esquizofrenia crónica, insomnio que no puedo dormir"

La mujer fue llevada a la Unidad de Quemados del Virgen de la Arrixaca y afortunadamente sobrevivió, aunque tiene secuelas físicas y sobre todo psíquicas importantes. Su marido perdió la vida en el acto.

Drogándose a diario

"Esa noche tomé drogas y alcohol", pese a estar con una medicación "para no consumir drogas y alcohol". Antes, desgranó que "estuve de fiesta, estuve solo y tomé cocaína, heroína, pastillas, alcohol hachís, y marihuana". Consumía drogas "todos los días", aseguró. Para drogarse, pedía en la puerta de un súper o ayudaba a la gente a meter su compra en los coches, para ver si le daban propinas.

Juan Antonio F.Y. no negó haber pegado fuego al colchón, pero insistió en que no se acordaba de qué hizo. También resaltó que él no sabía si había gente dentro de la autocaravana debajo de la que dejó el colchón en llamas.

A la pregunta de si escuchó la explosión, declaró que "no la oí". Al ver el fuego, "me fui andando".

A los dos meses de vender su casa en Finlandia para viajar por Europa, Reijo murió en el incendio provocado de su autocaravana

Dijo tener "trastorno bipolar, esquizofrenia crónica, insomnio que no puedo dormir". "Tengo varias enfermedades", reiteró.

También afirmó que "yo lo que quiero es empezar de nuevo".

"¿No eran de Islandia?"

Su abogada, Marta Simo, le preguntó si tenía ideas paranoides y él sentenció: "Veo sombras y escucho voces".

A preguntas del jurado de qué intención tuvo al incendiar el colchón y ponerlo bajo la autocaravana, apuntó: "Pues pegarle fuego".

"¿No decían que eran de Islandia?", preguntó el procesado en un momento dado de la vista. El magistrado presidente, Andrés Carrillo, le contestó: "De Finlandia. Pero vamos, que da igual que sean de Burgos que de Pernambuco, Son personas, da igual de dónde sean".

Trauma extremo

Reijo y su mujer "llevaban 43 años juntos, no tenían hijos y había decidido vender su casa de más de 20 años en Finlandia para viajar por Europa con sus dos perros en la autocaravana". La muerte repentina de Reijo ocurrió tan solo dos meses después de iniciar sus vacaciones soñadas, dejando a Lilja sola a la edad de 70 años, sin casa donde vivir, sin uno de sus perros que también murió en el incendio y con graves secuelas físicas y psíquicas".

"Vio fallecer a su pareja sin poder hacer nada por evitarlo. Como consecuencia de esta experiencia extremadamente traumática presenta ansiedad y llanto diarios, con sensación de desesperanza y recuerdos constantes a lo ocurrido, así como ansiedad cuando está en espacios cerrados", detalla el Ministerio Público.