Investigación judicial

Gordillo alega consentimiento y la denunciante ratifica la agresión sexual

La joven asegura que pidió al exdirector de Catalunya Ràdio que parara, mientras este afirma que fue él quien dijo de dejarlo

Saül Gordillo, a su llegada a los juzgados de Badalona.

Saül Gordillo, a su llegada a los juzgados de Badalona. / JOAN CORTADELLAS

La exredactora del diario digital El Principal que denunció a su entonces jefe, Saül Gordillo, exdirector de Catalunya Radio, por una presunta agresión sexual se ha ratificado en su versión ante la jueza de Badalona que instruye el caso, mientras que Gordillo ha aludido que la relación que mantuvo con la joven fueron "actos íntimos consentidos", según las fuentes jurídicas consultadas por EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica.

Las declaraciones de ambos han durado unas dos horas y media. La magistrada ha rechazado convocar la vistilla en la que la acusación particular iba a solicitar medidas cautelares a Gordillo, en concreto la retirada del pasaporte y comparecencias en el juzgado.

La denunciante ha explicado lo que pasó la noche del 1 de diciembre del año pasado. Ella y otros compañeros del diario donde trabajaba, El Principal, se fueron a cenar y luego de fiesta. Al salir del restaurante se dirigieron a un bar y después a la discoteca Apolo, en la que estuvieron hasta altas horas de la madrugada. En la celebración participó Gordillo. La joven ha explicado a la jueza que cuando salieron del bar ya se empezó a encontrar mal y que a partir de entonces solo recuerda algunas imágenes o "flashes".

En una de esas imágenes, ella, ya en el local de ocio nocturno, se abraza a una compañera, que es la otra periodista de El Principal que también ha denunciado a Gordillo por una presunta agresión esa misma noche.

Otro de esos "flashes", tras la fiesta a altas horas de la madrugada, es, ha relatado, cuando Gordillo la acompañaba en su coche a casa. Ahí se encontró al exdirector de Catalunya Ràdio practicándole sexo oral y ella le pidió, sorprendida, que parara. Este suceso se produjo en un descampado y, según ella, se veían las Tres Xemeneies de Sant Adrià del Besòs.

El tercer episodio que recuerda la joven es cuando llegó a su casa y le explicó a su pareja lo que había ocurrido. Recuerda poco más de esa noche. Las fuentes consultadas aseguran que consumió alcohol. Al día siguiente, sin embargo, cuando la joven acudió al hospital porque aún se sentía mal, se le detectó en la sangre un compuesto de un ansiolítico (diazepan), fármaco que ella no tomaba.

La sonrisa

En un informe de los Mossos d'Esquadra en el que se analizan las imágenes grabadas en la portería de la joven cuando esta llegó a su casa, se señala que la joven entraba en el inmueble "esbozando una sonrisa". La redactora ha asegurado ante la jueza que eso no era una sonrisa, sino que era "un gesto de rabia", siempre según fuentes jurídicas. En un momento de su declaración, la denunciante reprodujo un audio enviado a una amiga en el que se constata que estaba especialmente afectada.

La versión de Gordillo es opuesta. Para él, esa relación sexual fue consentida y nunca se aprovechó de su subordinada. Ha explicado cómo se desarrolló la noche y cómo tras estar de fiesta en el Apolo llevó a su casa a la redactora, porque le iba de paso a la suya. Sobre lo que sucedió en el vehículo, explicó que fueron "actos íntimos consentidos" y que fue él y no ella quien dijo que debían parar porque él estaba casado y ella tenía pareja. Después, según su relato, la dejó en su casa. La jueza le llegó a preguntar al periodista si se acordaba de algún acto de flirteo con la denunciante, a lo que él respondió que el ambiente era lúdico y festivo.

El abogado de Gordillo, Carles Monguilod, aseguró que no hay indicios de actividad delictiva en el comportamiento de su cliente y que los hechos no tienen cabida en el Código Penal. Recordó que la jueza ha rechazado que se le aplique al periodista medida cautelar alguna. "Tenemos el privilegio de contar con unas imágenes grabadas. No hay ningún indicio racional de conducta delictiva", insistió.

Recordó que los mismos Mossos d'Esquadra recogieron en su atestado que la joven entró en su portal sonriente y que el hecho de que a la redactora se le encontrara restos de diazepan "no es significativo para nada", pues no existe prueba que indique quién le suministró ese ansiolítico y que, en todo caso, esta sustancia provoca somnolencia y no euforia.