Sucesos

Águilas llora a Eric, el bebé degollado por su madre en Valencia

El cuerpo del menor, de un año, llegó este miércoles por la noche a uno de los tanatorios de la localidad costera, de donde procede la familia materna

Familiares y allegados, este miércoles por la noche a las puertas del Tanatorio Lázaro Soto de Águilas. | SOLETE SLOW PHOTO

Familiares y allegados, este miércoles por la noche a las puertas del Tanatorio Lázaro Soto de Águilas. | SOLETE SLOW PHOTO / A.GONZÁLEZ / I.CABANES

I.CABANES

Águilas llora la muerte del pequeño Eric, el bebé de un año recién cumplido que fue degollado por su propia madre en el municipio valenciano de Villamarchante el pasado lunes. Más de 340 kilómetros separan por carretera la localidad valenciana donde tuvo lugar el trágico suceso con Águilas, localidad de la que procede la familia materna del niño, apuntan fuentes cercanas a la investigación.

Esa es la distancia que realizó este miércoles por la tarde el cuerpo del menor hasta su llegada al Tanatorio Lázaro Soto de la localidad costera. Ahí fue velado durante toda la noche. Esta tarde será trasladado hasta el cementerio municipal de Águilas, donde será enterrado en la más estricta intimidad de la familia.

Cristina S.N., de 36 años y con ideas paranoides, decidió acabar con la vida del menor con un cuchillo de cocina y posteriormente trató de quitarse la vida saltando desde la azotea del edificio anexo.

Pese a que se trataba de una cuarta altura, la presunta infanticida salvó la vida tras amortiguar la caída un vehículo estacionado en la calle y se encuentra desde entonces ingresada, con pronóstico reservado y bajo vigilancia de la Guardia Civil, en el hospital La Fe de Valencia con politraumatismos, fractura de pelvis y de tobillos.

Con quien más relación tenía Cristina era con su madre, residente en Águilas y que se trasladó a Villamarchante tras el nacimiento de su nieto para echarle una mano a su hija. Sin embargo, una semana después se tuvo que marchar porque su otra hija, hermana gemela de Cristina, también iba a dar a luz, apuntan las mismas fuentes.

Más allá de la soledad que transmitía Cristina, con sus familiares a cientos de kilómetros de distancia (no solo en Águilas, también en Cataluña), y sin apenas vida social, el día a día de la presunta infanticida era normal, centrada en su único hijo, como cualquier madre, y sin que hubiera dado razones para preocuparse por la seguridad e integridad del menor.

La mujer padecía también una depresión posparto tras el nacimiento el 22 de febrero de 2022 de su único hijo. Apenas dos días antes de la tragedia, el matrimonio estuvo celebrando el primer cumpleaños de su hijo en su casa con unos amigos con total normalidad, según pudieron escuchar los vecinos.

La mujer, que todavía estaba consciente cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil tras el macabro crimen y presentaba graves lesiones en la zona inferior del cuerpo, manifestó: «El niño está arriba», pero sin darles indicaciones del lugar y de si el pequeño Eric estaba vivo o muerto. Es más, los agentes requirieron la presencia de los bomberos para acceder al inmueble y no sabían realmente qué se iban a encontrar cuando entraron en la casa, situada en la calle trasera del lugar en el que se precipitó la madre del menor.

Así, localizaron una pequeña manta llena de sangre en la bañera –lugar en el que presuntamente habría asesinado al menor– y siguiendo el reguero de gotas de líquido rojo llegaron hasta un trastero en la terraza del piso superior del ático, donde yacía el cuerpo sin vida del bebé.

A los investigadores les llama la atención el extraño intento de suicidio de la mujer, quien, tras coger una escalera del trastero, saltó a la terraza de otra finca y fue caminando por la repisa que da al patio de luces, sin saltar al vacío, lo que hubiera supuesto una muerte segura, hasta llegar al otro lado de la manzana donde se dejó caer de pie, como así indican las lesiones que presenta en las extremidades inferiores, para acabar sobreviviendo a la caída desde una cuarta altura.