En Las Palmas de Gran Canaria

Paco 'el canelillo', enfermo de cáncer, desaparece en el hospital

Le dieron el alta cuando estaba solo, pese a que tenía tarjeta sanitaria doble A (asistencia y acompañamiento) | Intentó quedarse en el centro sanitario, pero lo echaron, según denuncia su familia

Enfermo terminal, le dieron el alta solo, habían acordado avisar a la familia cuando acabara el tratamiento.

Enfermo terminal, le dieron el alta solo, habían acordado avisar a la familia cuando acabara el tratamiento. / CASO ABIERTO

Tamara Morillo

Tamara Morillo

"Lo mejor es que esperen en casa, el tratamiento puede durar hasta 24 horas". Juanma acababa de entrar junto a su madre, Lala, al Hospital Insular de Gran Canaria. Minutos antes, aquel 19 de septiembre de 2022, lo había hecho su tío, Francisco, trasladado en ambulancia. El dolor era tan fuerte que le impedía caminar. Necesitaba morfina. "Decidimos que lo llevaran ellos, porque en la propia ambulancia le pondrían algo", reconstruye Juan Manuel, su sobrino.

"Él tenía unos parches y medicación, pero cada 15 días, más o menos, necesitaba ir para que se lo pusieran por vía, el dolor era inmenso", recuerda. Desde hacía cinco años Francisco luchaba contra el cáncer. "Quimioterapia, radio... no había tenido efecto. No funcionó. Mi tío Paco estaba en fase terminal, tenía metástasis".

Paco llegó al hospital desorientado y muy dolorido. Con un gran deterioro cognitivo. "El cáncer arrancó en la tráquea, pero ya se le había extendido y llegado a la cabeza", lamenta su sobrino. "Con el protocolo Covid aquí no pueden estar, váyanse a casa", les dijo el personal sanitario. Su familia explicó que "no puede estar solo". El personal insistió, "aquí no pueden quedarse, aunque tenga tarjeta sanitaria doble A (Asistencia y Acompañamiento, para pacientes en situaciones de mayor vulnerabilidad)". Revisaron que los teléfonos de contacto eran correctos: "les dimos el mío y el de mi madre", recuerda Juanma. "Nos dijeron que, en cuanto terminase el tratamiento, llamarían a los teléfonos que tenían anotados". Juanma y su madre se marcharon.

Francisco Macías, de 57 años, desapareció horas después. Tras inyectarle la morfina, le dieron el alta y le prohibieron estar en el centro. Los guardias de seguridad le dijeron que no podía estar allí "hasta en cuatro ocasiones", asegura su familia. "Dicen que decía cosas incoherentes". Desde entonces no está. No volvieron a ver a Paco.

La búsqueda arrancó de inmediato, días más tarde la alerta se difundió a nivel nacional.

La búsqueda arrancó de inmediato, días más tarde la alerta se difundió a nivel nacional. / Cartel de la Fundación QSDglobal.

"Por favor, abandone el hospital"

"Nos fuimos del hospital", recuerda Juanma. "Ya en casa, llamé sobre las 21:00 horas, más o menos. Ya había caído la noche, y me dijeron que no me preocupase, que estaba en tratamiento y que sí, que me iban a llamar cuando terminase. Yo me quedé tranquilo, pero mi madre -hermana de Francisco- no. Ella sobre las 22:50 horas, al no saber nada, vuelve a llamar al hospital. Cuando contacta, le dicen que ya le habían dado el alta, que mi tío se había marchado".

"Me dijeron: el médico creía conveniente que se le diera el alta".

Llegó el caos, el miedo y el dolor. Por ese orden. "Recuerdo que mi madre me llamó llorando, nerviosa: ¡no está en el hospital!". Juanma salió corriendo. "Cerca hay una autopista, él caminaba desorientado... Su enfermedad le había afectado a la cabeza..." - no recordaba casi nada, muchas veces no coordinaba, sobre todo cuando tenía picos de dolor- "creíamos que podía pillarle un coche, ocurrirle algo". De camino al Hospital Insular, "recuerdo que llovía, hacía frío", pensaba -esperaba- que quizá lo encontraría en la puerta. No ocurrió. Su tío no estaba.

"El de seguridad me dijo: 'es mi trabajo, a mí me dicen que él tiene que salir del Insular..., le dijimos que abandonara el centro, lo sacamos del hospital".

Ya dentro, Juanma se dirigió al personal del centro hospitalario: ¿cómo hicieron esto? "Me contestaron: el médico creía conveniente que se le diera el alta". Sin más. Se instaló el shock. Su sobrino buscaba en la sala, Paco había salido del hospital, no estaba. "¿Por qué nos nos llamaron?".

Llegó el personal de seguridad y Juanma habló con ellos. "Mira, es verdad, me dijeron: 'le dieron el alta y quería volver a entrar al hospital. Lo intentó como cuatro o cinco veces. Nos decía cosas que no tenían sentido, que se le habían quedado las gafas dentro -él no tenía falta de vista-, que se había dejado la tarjeta'...". Paco no quería irse. "El de seguridad me dijo también: 'es mi trabajo, a mí me dicen que él tiene que salir del Insular y..., le dijimos que abandonara el centro, lo sacamos del hospital".

Dirección al muelle

Francisco, sin rumbo fijo, empezó a caminar. Solo y desorientado. "El de seguridad me dijo también que mi tío fue caminando en dirección al barrio marinero de San Cristóbal, hacia la playa". Sin dudar, Juanma caminó hasta allí. "Me cogió una ola buscándolo, a las cuatro o cinco de la mañana, y casi me tira al suelo. Mi tío era una persona con cáncer terminal, imagínate. Si va por el muelle... de verdad se lo lleva".

"La Policía Judicial revisó esas cámaras, las del hospital, y es verdad: mi tío intentó entrar como cinco veces al hospital"

Una calle, otra y otra más. Paco no estaba. No había rastro de él. Durante toda la noche su familia peinó la isla. "Esas horas eran cruciales, teníamos que encontrarlo", revive su sobrino. A esa noche, le siguió la mañana, la tarde siguiente, y muchas noches más. "Recuerdo que mi madre tenía una foto que le hizo el mismo día de su desaparición. Mientras buscábamos, le dije que me la enviara por whatsapp. En una tienda hice unos carteles, los imprimí y pegué por toda la zona". Mientras Juanma batía las calles, sin descanso, su madre interpuso la denuncia en la Policía Nacional.

"La Policía Judicial revisó las cámaras de seguridad y es verdad, mi tío intentó entrar como cinco veces al hospital. También revisaron las llamadas telefónicas, y dieron con las conversaciones que mantuvieron con nosotros, por lo que pudieron verificar que habíamos acordado que no le dieran el alta hasta que no nos avisaran y fuéramos a por él".

Juanma, su madre y el resto de hermanos de Paco, toda su familia, continuaron peinando la zona, "día tras día, noche tras noche, mañana, tarde...". No había nada. Sin rastro. "Cogí mis días de vacaciones, quince, no eran suficientes, pedí más. Perdí el trabajo...", lamenta Juanma. "El ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el nuestro, puso un autobús para que gente del pueblo fuera e hiciéramos una batida por Las Palmas. Fue bastante gente, mi tío era muy querido, pero no tuvimos suerte".

Paco, en una foto de su álbum familiar.

Paco, en una foto de su álbum familiar. / Cedida por su familia a CASO ABIERTO.

Casas okupas, chabolas

Indocumentado, sin teléfono, sin ningún efecto personal, los indicios se reducían a nada. La esperanza dio paso a la desesperación: Se busca a Francisco Macías Reyes. Necesita medicación. Los carteles provocaron algunas llamadas. "Había gente que me decía: 'tu tío está en tal sitio'.... Nosotros íbamos, pero no era él".

Han revisado calles, monte, mar. "Lo último que se tiene de Paco, parece, es que caminaba hacia el muelle, pero todo marinero sabe que el mar siempre lo que se lleva, lo devuelve...", lamenta Juanma. Sin descanso, han recorrido la isla de norte a sur, de este a oeste. "Me llamaron del norte, que lo habían visto y le habían dado un bocadillo. Fui, vi que había cámaras, le dije que si podíamos ver los vídeos... no era".

La búsqueda se torno sin cese y sin límite: "viviendas desocupadas, poblados, chabolas, casas okupas, zonas marginales, comedores sociales... Como el cáncer lo había consumido, mucha gente pensaba que era una persona drogodependiente, pero no consumía. Aunque, por mirar, hemos buscado en todos los rincones... Me dijeron una vez que estaba durmiendo en un cajero, tampoco era él. Una persona nos dijo que iba con un carro. Fuimos, pero no. La verdad es que me extraña mucho que una persona con una enfermedad, con cáncer en fase terminal, con parches de morfina, y a la que cada 15 días hay que llevarlo al hospital, siga deambulando por ahí y nadie lo haya visto, pero cosas más difíciles han ocurrido, y no vamos a dejar de buscar, tenemos que creer en positivo".

Paco 'el canelo' en fotos cedidas por su familia.

Paco 'el canelillo' en fotos cedidas por su familia. / CASO ABIERTO

Vida tranquila

Paco 'el canelillo', hijo de 'El Canelo', como le llamaban "porque era canelo, moreno" en el Romeral (San Bartolomé de Tirajana), tenía una vida calmada. Familiar, unido a los suyos, que buscan sin descanso.

Bondadoso, cuidador. "Era panadero y lo dejó para estar con mi abuela cuando ella enfermó". Divertido, solidario, y siempre pendiente de todos. "Mi abuela, su madre, falleció y, al poco, enfermó él". Canelillo vivía junto a otro hermano, Abraham. Aunque todos viven a escasos metros. Su mayor hobby era su familia y, en casa, escuchar música rock. La vida tranquila. Caminar, sentarse un banco y comer pipas. "Juanma, ¿qué se sabe?", preguntan todos en el pueblo. "Ojalá pudiera contestar", se duele su sobrino. Paco, 'el canelillo'... "¿dónde estás?".