Cuatro años de cárcel por mandar al hospital de una paliza a su novia en Santiago El Mayor

Un hombre de 34 años de edad ha sido condenado a pasar cuatro años en la cárcel por dar una paliza a su novia en la casa de Santiago El Mayor, en Murcia. Tla y como se lee en la sentencia del Juzgado de lo Penal Nº 1 de Murcia, el maltratador convenció a la víctima para que dijese a la Policía que no había pasado nada a cambio de "dejarla en paz para siempre".

Los hechos tuvieron lugar en mayo de hace cuatro años, en un domicilio de Santiago El Mayor, donde la pareja comenzó una discusión y el sujeto "preso de los celos, se abalanzó sobre ella y la agarró del pelo, la introdujo en la habitación propinándole varios guantazos que la hicieron caer al suelo, donde siguió propinándole patadas en piernas y cuerpo", se lee en el relato de hechos probados.

Asimismo, "la cogió de nuevo de los brazos tumbándola en la cama, y acto seguido la golpeó de nuevo en la cara, cogiéndola del cuello".

Una vecina escuchó los gritos y los golpes y llamó a la Policía. Fue entonces cuando el individuo "depuso su actitud y convenció a la mujer para que dijera que no había pasado nada a cambio de dejarla en paz para siempre. Lo que ella aceptó como un 'pacto de vida'. Así pues, ambas partes ocultaron los hechos, manifestando haber sido solo una pelea sin importancia", prosigue el documento judicial.

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No obstante, como la víctima había sufrido lesiones importantes, acabó en el hospital, para ser atendida de sus lesiones. Cuatro meses después de la agresión, la mujer denunció lo acontecido.

Tras ser condenado por el Juzgado de lo Penal Nº 1 de Murcia, el hombre recurrió ante la Audiencia Provincial y pidió su libre absolución. Alegó que la víctima había denunciado muy tarde y recordó que la Policía, al llegar a la casa aquel día, no lo detuvo, por lo que, según él, nada verían. También espetó que la celosa en la relación era ella, y que habían discutido precisamente por unas fotos de la ex de él.

"Venciendo barreras"

La víctima, en su declaración en la vista, admitió que no denunció antes porque confió en que el sujeto la dejase en paz, pero que había seguido molestándola, a ella y a su actual pareja.

Al desestimar el recurso del condenado, el tribunal detalla que "en algunos casos debe tenerse en cuenta las circunstancias que concurren a la hora de prestar declaración las víctimas, sobre todo cuando se trata de delitos contra la libertad o indemnidad sexual". "Así, las víctimas de esta clase de delitos pueden ir venciendo barreras para ir concretando más aspectos de detalle que puede que no precisaran en las primeras declaraciones, al enfrentarnos a hechos que muchas víctimas prefieren ocultar, o que el impacto del delito les provoque una merma que no les lleva a expresarse con total detalle, y que solo el paso del tiempo permite que se extiendan en los mismos".

En este caso, "la denunciante siempre ha mantenido en todas las fases procesales que no denunció los hechos antes porque el hombre le prometió que la iba a dejar en paz, pero que sin embargo después continuó molestándola e incluso también a su pareja, añadiendo en instrucción que ahora no estaba sola como antes, lo que en modo alguno implica una contradicción como pretende el recurrente".