Judicial

Internado un menor por violar a su prima en la casa de los abuelos en La Manga

El adolescente, que también agredió a su víctima en Molina de Segura, es condenado a 12 meses en un centro en régimen cerrado

Ana Lucas

Ana Lucas

El Juzgado de Menores Nº 2 de Murcia ha condenado a un adolescente a 12 meses de internamiento en régimen cerrado en un centro por violar a su prima tanto en la casa de los abuelos de ambos, en una urbanización de La Manga, como en el domicilio de sus padres y en el de la víctima, ambos en Molina de Segura

Las agresiones sexuales tuvieron lugar desde que la niña tenía 12 años y hasta que cumplió los 14. El agresor tenía dos años más. Los ataques sexuales incluyeron tocamientos, masturbaciones y una violación consumada. Además de ingresar en un centro, el adolescente tendrá que indemnizar a su víctima con 15.000 euros.

La familia de la niña recurre la sentencia para solicitar que la indemnización se eleve hasta los 100.000 euros

La familia de la menor recurrió la sentencia porque consideró que la indemnización era pequeña: pedían 100.000 euros. 

La Audiencia Provincial de Murcia ha dictado ahora una resolución, para desestimar el recurso, en la que apunta que «la menor, entre los 11 y los 14 años, sufrió el abuso sexual con carácter continuado».  No obstante, apostilla que «sin negar el padecimiento sufrido y las consecuencias psicológicas que aun pequeñas, ha sufrido, sufre y seguidamente sufrirá, sin embargo, no está diagnosticada de ningún trastorno ni toma medicación y las consecuencias psicológicas no están evaluadas ni acreditadas de ninguna manera». En este sentido, detalló que no se aporta a la causa «acreditación de citas para el psicólogo o informe de profesional alguno que la está tratando, omisión o ausencia de informe que hubiere permitido conocer la situación de la joven y el motivo por el cual éste acude a estos profesionales». 

Sin trastorno diagnosticado

La propia víctima admitió en sala judicial que ella «no está diagnosticada de ningún trastorno ni toma medicación médica, pese a acudir a un psicólogo». También contó que tiene otros problemas que no tienen que ver con los ataques sexuales perpetrados por su primo: por ejemplo, tiene un hermano en la cárcel, problemas con su mejor amiga y una madre con depresión, «cuestiones que también podría ser relacionadas como causa de acudir a la consulta de un psicólogo».  

«Las consecuencias psicológicas no están evaluadas ni acreditadas de ninguna manera, resultando totalmente desproporcionada la suma de 100.000 euros solicitada por el recurrente», sostiene la Audiencia, que apunta que sentencias en las que hay más indemnización «contemplan otros supuestos en que la víctima está siguiendo tratamientoy asistencia psicológica y psiquiátrica, o se tratan de abusos sexuales de un padre a su hija, o cuando concurren lesiones en la propia menor, lo que no acontece en el caso de autos en el que no se acredita siquiera, tal como expresa el juez de instancia, que la menor está diagnosticada de ningún trastorno y que las consecuencias psicológicas no están acreditadas ni evaluadas de ninguna manera».