Al grito de “todos somos Erick” y “Justicia”, decenas de personas se concentraban este martes por la tarde delante del cuartel de la Guardia Civil, para clamar por la muerte del joven de 21 años que perdía la vida tras recibir una cuchillada en el cuello a manos, presuntamente, de un individuo que se encuentra detenido y siendo interrogado por la Policía Judicial. 

“En paz descanses, hermano mío, vuela alto”, se leía en una sábana blanca que portaban los presentes. En redes sociales se hacía la convocatoria: ir en memoria del chico asesinado. Y así lo hacían sus allegados, en su mayoría jóvenes. Erick, de origen ecuatoriano, llevaba tiempo residiendo en Puerto de Mazarrón y era padre de una niña de corta edad.  

Sebastián, el presunto homicida de Erick, pasa este miércoles a disposición del Juzgado de Guardia de Totana, confirman fuentes del Cuerpo. 

Según las primeras pesquisas, la cuchillada mortal tuvo lugar en la vía pública, tras lo cual Erick, malherido, accedió al interior de un domicilio. Tras ello, el chico volvió a salir a la calle, herido de muerte, se desplomó y murió. Su cuerpo quedó ahí, cubierto con una sábana, hasta que se autorizó su levantamiento y traslado al Instituto de Medicina Legal de Murcia. Una primera inspección ocular confirmó que el joven presentaba un corte en el cuello, por el que previsiblemente se desangró. Falta localizar el arma del crimen, para que los forenses analicen si se corresponde o no con la lesión del difunto.

El acontecido en Mazarrón es el cuarto crimen del año en la Región, tras el asesinato de Claudia en Totana a manos de su novio Johan Styven, que la cosió a cuchilladas y escondió su cadáver en un trastero, el crimen acontecido en una casa okupa de La Unión, también con armas blancas de por medio, y el crimen de la casa cueva de Archena, en abril, cuando un hombre mató a otro a cuchilladas en una riña, tras haber bebido demasiado alcohol.