La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) ha desestimado los recursos de casación presentados por dos guardias civiles destinados en un cuartel de la Región de Murcia que no cumplieron la orden recibida del teniente comandante de puesto de que no se captaran imágenes de un alijo de marihuana que se conservaba en el patio.

La sentencia del Alto Tribunal señala que no solo no cumplieron ese mandato, sino que, en el vídeo grabado en ese lugar se escucha cómo indicaban al autor del mismo, que no ha podido ser identificado, sobre lo que debían recoger en las imágenes.

La sentencia respalda así la sanción de diez días de haberes con suspensión de funciones a uno de ellos y de nueve días al otro, en los dos casos, como autores de una falta grave en el cumplimiento de las órdenes recibidas.

La sanción, posteriormente ratificada -el 29 de diciembre de 2020- por la directora general de la Guardia Civil, le fue impuesta por el teniente general jefe del Mando de Operaciones de la Benemérita.

El Tribunal Militar Central, al analizar el recurso que los agentes presentaron contra la confirmación de la sanción, declaró en diciembre de 2021 como hechos probados que los dos guardias civiles estaban destinados en un cuartel de la Benemérita de Murcia donde se guardaban en sacas las plantas de marihuana que habían sido incautadas en una operación antidroga.

La droga se encontraba en ese lugar al no haber sido posible trasladarla al Área de Sanidad de Murcia por encontrarse sus instalaciones en obras, lo que había motivado que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) mostrara a los responsables de la Comandancia de la capital murciana su preocupación por los daños que la misma podía producir a los niños y demás personas del cuartel.

En octubre de 2019 los dos agentes recibieron la orden de cambio del servicio que tenían fijado para que procedieran al traslado de las plantas al pabellón de solteros, que estaba libre, para lo que fueron dotados de los equipos necesarios, como monos, guantes y mascarilla.

Durante la operación, grabada en vídeo por una persona desconocida, observaron que entre las plantas habían crecido setas y que había avispas.

La sentencia recogía también que los miembros de la Guardia Civil habían recibido la orden del teniente de que no se podían captar imágenes de la marihuana y realizar ningún vídeo sobre la misma.

Ese vídeo no solo se grabó, sino que fue descargado en un ordenador del cuartel y descubierto por un cabo primero, sin que se pudiera conocer quién lo hizo al estar aquel al servicio de toda la plantilla.