Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Investigación policial

Alarma por los pinchazos en discotecas: "Sentí que tenía que decir que sí a todo"

Los Mossos investigan 14 denuncias por esta práctica en el ocio nocturno que, en ninguno de los casos, precedió un acto de agresión sexual o hurto

El interior de una discoteca de Barcelona.

"En 10 minutos me desplomé, quedé semiinconsciente, sentía que tenía que decir que sí a todo lo que me dijesen. No tenía voluntad, no podía controlar nada". Lo cuenta Míriam Alba, estudiante barcelonesa de 20 años, que en la madrugada del martes al miércoles sintió un pinchazo repentino en la cara interna de su muslo izquierdo mientras estaba de fiesta con amigas. Hasta ese momento era una noche muy tranquila -"te podías mover con libertad, no estabas apretado como muchas veces en una discoteca"- en la sala Arena del Eixample. Míriam había ido al mismo local otras noches y, aparentemente, no había nada raro. Pero, mientras sus amigas pedían en la barra, alguien situado a su espalda la pinchó. Pidió ayuda rápidamente al personal del local que la atendió -insiste agradecida- "muy bien".

Míriam reaccionó rápido porque sabía de las denuncias de pinchazos en discotecas de Catalunya que han aparecido los últimos días. De hecho, a los Mossos d'Esquadra les consta que el primer pinchazo se produjo en un local de ocio nocturno en Lloret de Mar el pasado 10 de julio. Desde ese día hasta este jueves, la policía catalana ya suma 14 denuncias por el mismo hecho en diferentes salas de Catalunya, aunque la inmensa mayoría de ellas, 11 de las 14, se han producido entre Lloret de Mar y su vecina Blanes. Las otras tres han sido en Barcelona, aunque este jueves la policía intentaba localizar otro caso que se habría producido en una conocida sala de la ciudad.

Excepto un hombre, todas las víctimas son mujeres (jóvenes). Y siempre ocurre en entornos de fiesta, lo que, comparten los Mossos, complica tener un relato claro. En ninguno de los casos, según explican fuentes policiales, el pinchazo precedió un acto de agresión sexual o hurto. "Hablar de pinchazos y sumisión química es irresponsable. No tenemos que generar psicosis con este tema, que nos preocupa y que lo tenemos que perseguir e investigar y saber qué está pasando", sentencia la portavoz de los Mossos, Montserrat Escudé. "Lo cierto es que después del pinchazo no hay nada más", añade.

"En 10 minutos me desplomé, quedé semiinconsciente, sentía que tenía que decir que sí a todo lo que me dijesen

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Los pinchazos son en el brazo, pero también en el muslo e, incluso, una víctima fue pinchada en el hombro. Y lo que está claro, indican los fuentes policiales, es que los pinchazos tienen efectos, pues la inmensa mayoría (excepto una agredida) ha reaccionado a la supuesta sustancia que inyectan a las víctimas. Ninguna de ellas ha perdido la conciencia.

En la mayoría de los casos se han recogido muestras para su análisis cuyos resultados se está a la espera. A Míriam la atendieron en el Hospital Clínic, que tiene servicio de atención urgente a personas agredidas sexualmente, pero, según su versión, no le hicieron análisis. Preguntado por ello, el centro sanitario responde que los análisis se hacen según criterios médicos urgentes. El Clínic se ha limitado ha reconocer que ha atendido a unos pocos casos desde principios de año y que lo consideran una manera más de agresión sexual, sin querer decir nada más al respecto.

Investigación en curso

Míriam se sintió "aturdida, mareada, con mucho dolor de cabeza y apenas podía abrir los ojos". A grandes rasgos es el mismo relato que les consta a los Mossos en las denuncias presentadas hasta ahora. La policía catalana investiga los casos a través de una unidad centralizada que recoge todos los casos como una única investigación y que colabora con investigadores del territorio.

Una de las últimas denuncias recibidas, de la noche del miércoles al jueves, es en grado de tentativa: la joven cazó al atacante antes de que le inyectara nada. La descripción del agresor es uno de los elementos con más peso que ahora mismo manejan los investigadores, que están recogiendo imágenes de las cámaras de las discotecas. "Es importante que las víctimas interpongan denuncia y vayan a un centro hospitalario", demanda la portavoz de los Mossos, a la vez que pide confianza en la investigación. Insiste en que es clave la recogida de muestras. En las mujeres que han sufrido agresiones sexuales con sumisión química se han detectado elementos como las benzodiacepinas y otras sustancias como el éxtasis líquido, por nombrar algunas.

"Es importante que las víctimas interpongan denuncia y vayan a un centro hospitalario", demanda la portavoz de los Mossos

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Esta práctica, que acaba siendo una manera más de agresiones a mujeres, pues en su inmensa mayoría las víctimas son ellas, puede tener su origen en vecinos europeos. En Francia, así como el Reino Unido, se encendió una alarma por este tipo de pinchazos y, al cabo de un tiempo, se desvanecieron. En Inglaterra sucedió en octubre del año pasado, cuando arrancaban las universidades, en varias localidades algo similar. Tampoco sucedía nada después del pinchazo. Y lo mismo en Francia. En España también han aparecido denuncias recientemente, por ejemplo, durante los Sanfermines.

Los Mossos pidieron información a la policía francesa sobre el tema ya que en julio de 2021 hubo una ola de denuncias en el país por esta práctica delictiva que, de momento, se está instruyendo como un delito de lesiones leve. La respuesta francesa fue clara: no se puede relacionar con violencia sexual ni tampoco a delitos contra el patrimonio.

Discotecas en alerta

El pasado martes se produjo una reunión, ya agendada antes de la alarma de los pinchazos, entre los Mossos y la Federació Catalana de Locals d'Oci Nocturn (Fecalon). El sector se ha encontrado siendo escenario de una situación que, aunque ahora consideran anecdótica, crea inquietud. El Departament d'Igualtat de la Generalitat ya anunció por boca de la directora general per a l'Erradicació de les Violències Masclistes, Laia Rosich, que Catalunya impulsará un nuevo protocolo para este tipo de situaciones en entornos de ocio para una atención correcta de las agredidas.

Mossos y Fecalon también trabajaron en este sentido durante su reunión con la voluntad de crear una manera eficiente y coordinada de trabajar. "Debemos estar todos atentos y, si alguna chica pide ayuda, el local debe activar ambulancia, recursos médicos, pero también la policía y preservar la zona como puedan", indica la portavoz de la policía catalana.

Una de las cosas que está clara de esta práctica novedosa es que pone a las mujeres en la diana. Violeta García, de la Associació d'Assistència a Dones Agredides Sexualment (AADAS), considera que es una manera más de "aterrorizarnos". "Las agresiones sexuales quieren recordarnos que no somos libres. Aunque esto no llega a la agresión sexual, cumple el mismo cometido, que es que estemos muertas de miedo", sentencia García, que recuerda que los agresores "no son monstruos, en un 80% de las veces son conocidos".

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