Ya hay veredicto en el caso de Sandra M. L., la joven que se sentaba en el banquillo acusada de asesinar hace siete años a su bebé recién nacida en el cuarto de baño de la casa de sus padres, donde dio a luz, en Yecla. Ella siempre sostuvo que no sabía que estaba embarazada porque no tuvo ningún síntoma, "ni náuseas ni vómitos". "Me crecería la barriga en el último mes, como mucho", calculó, al tiempo que afirmó que "en ese momento estaba concentrada en los estudios y en sacarme el carné de conducir". El jurado no cree su discurso: Sandra es culpable. A la vez, consideran que se puede pedir la concesión de un indulto para la chica.
En la cuarta planta del Palacio de Justicia, con el juez Del Olmo como presidente, la portavoz del jurado fue desgranando sus conclusiones: primero dijo que está probado que Sandra sabía que estaba embarazada, pero lo ocultó.
Asimismo, el jurado también considera probado que la chica dio a luz a una niña viva, sana y sin malformaciones, que respiró de forma autónoma. Y cortó el cordón umbilical, consciente de que ésta estaba viva, y colocó sobre el cuerpo de la pequeña una toalla que la tapaba por completo. No asistió a la niña ni pidió ayuda para ella, consciente de que la niña no sobreviviría. El jurado popular lo considera probado por mayoría.
Sandra M. L. no adoptó las mínimas medidas asistenciales para atender a la recién nacida, que murió sobre las ocho de la mañana, por anoxia. La causa fundamental: la dejó sin asistencia alguna. El tema del shock psicólogo y choque emocional (que Sandra aseguró haber sufrido tras ver la cabeza de la bebé saliendo de entre sus piernas), los jurados no lo consideran probado, por unanimidad. El tribunal tiene claro que la joven yeclana sabía perfectamente lo que hacía y no tenía afectadas sus facultades mentales.
La cuestión del indulto
No obstante, los jurados creen que a Sandra puede concedérsele el indulto, por seis votos a tres. La posibilidad de contar con la medida de gracia (que dará, en todo caso, el Estado) queda abierta. En la sentencia constará que, una vez firme la sentencia, se solicita el indulto, pero ha de concretarse cuál. Mientras tanto, Sandra, como durante todo su proceso judicial, está en libertad.
Ahora falta dictar sentencia, que se conocerá en unos días. La defensa de la condenada apeló a “la sensibilidad de su señoría” a la hora de “fijar una pena para este asunto”.
Los hechos que ahora llegan a juicio acontecieron en mayo de 2015 en Yecla, donde Sandra, de entonces 18 años de edad, vivía con sus padres. A quienes, al igual que a su pareja, según asegura la fiscal y considera probado el jurado, ocultó que estaba embarazada. Para la procesada, la fiscal Eva Mª Torres solicitaba una pena de 18 años y un mes de prisión por el delito de asesinato, con la agravante de parentesco. La Fiscalía no se opondrá a la solicitud de un indulto para la condenada.
Tras el alumbramiento, prosigue la fiscal, la joven cortó el cordón umbilical con unas tijeras que encontró en ese cuarto, envolvió a la bebé en una toalla y, "siendo plenamente consciente" de que estaba viva y de que con ello acabaría con su vida, la dejó en una esquina del baño "sin prestarle la más mínima asistencia". Cuatro horas después, la pequeña murió. Por asfixia. De estar viva, la niña habría cumplido hace apenas unos días 7 años de edad.