Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Investigación

Casi mil víctimas de cibercrimen en lo que va de año en la Región de Murcia

Una veintena de agentes integran en la comunidad murciana los Equipos @ de la Guardia Civil, que se crearon en otoño en el marco de un plan de Interior para reforzar la seguridad en Internet, tras el repunte del delito cibernético en pandemia

Dos profesionales del Equipo @ de la Región, en la Comandancia de Murcia.

La Región de Murcia cuenta con media docena de Equipos @, con un total de 21 guardias civiles. Estos equipos se crearon, en toda España, en otoño, en el marco del Plan Estratégico contra la Cibercriminalidad del Ministerio del Interior. El fin: prevenir, proteger y perseguir la cibercriminalidad, y así garantizar la seguridad y la protección de los derechos y libertades de los internautas.

En el conjunto del país, son más de 300 los agentes que integran estos grupos. En la comunidad murciana, los seis equipos están en Las Torres de Cotillas, Los Alcázares, Cieza, Caravaca de la Cruz, Lorca y Cartagena. Asimismo, se coordinan desde la Comandancia de Murcia y, para casos más complejos, está el Equipo de Delitos Tecnológicos del Cuerpo.

"Estos delincuentes van aprendiendo y adaptándose sobre la marcha", explica la agente Élida Sevilla

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Élida Sevilla, guardia civil de uno de los Equipos @ de la Quinta Zona, explica a LA OPINIÓN que en los últimos cinco años se ha producido un crecimiento de los delitos que se cometen en la Red de Redes, aunque el repunte definitivo llegó con el coronavirus: más tiempo delante de una pantalla, más ciberdelito. Y es que los delincuentes «se adaptan» a los nuevos tiempos, en los que prima la tecnología. Su afán principal: estafar dinero. Para hacerlo, se valen de las amenazas y la sextorsión, aunque lo que más emplean es el phishing.

Se trata de un engaño con el que se busca que la víctima comparta sus contraseñas o números de tarjeta de crédito. Para ello, mandan un correo electrónico haciéndose pasar por una institución de confianza, como puede ser un banco. «La víctima pincha en el enlace porque le da confianza el remitente», detalla Sevilla, que deja claro que, por el mero hecho de recibir el mensaje, los ciberdelincuentes no roban las contraseñas: hay que entrar en él y facilitárselas. 

"No se necesitan las mismas habilidades para suplantar una identidad que para acceder a un sistema"

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Los expertos reiteran que una entidad bancaria «nunca te pedirá que le envíes tus claves o datos personales a través del correo electrónico», y subrayan que «la mejor forma de acertar es rechazar cualquier correo que incida a que se faciliten datos confidenciales, eliminar estos correos y llamar a la entidad para aclarar cualquier tipo de duda».

El trabajo del Instituto Armado es también de prevención, «para que la víctima no vuelva a caer en este tipo de delitos», y se afana en recuperar el dinero estafado, el cual, en ocasiones, «termina en cuentas en el extranjero», indica Élida Sevilla. 

Desde que se crearon los Equipos @ «se ha esclarecido un alto índice de estos delitos», manifiesta la agente, al tiempo que informa de que, en los dos últimos meses, se han registrado en toda la Región alrededor de 850 denuncias de personas víctimas de algún delito en Internet.

 A la hora de denunciar o de acudir a un cuartel en busca de asesoramiento, se recomienda aportar los correos electrónicos recibidos por el sospechoso de estafa, si es el caso, así como, dependiendo de en qué parcela del cibermundo se haya producido el delito, «no borrar conversaciones de ninguna aplicación, aportar extractos bancarios, números de teléfono, números de la tarjeta o cuenta bancaria relacionada, capturas de pantalla de anuncio de venta de producto».

La experta deja claro que los delincuentes en Internet siempre dejan «una huella digital, un rastro», el cual siguen los investigadores en un camino en ocasiones lento, porque han de pasar por mandamientos judiciales y empresas que se encuentran en el extranjero. 

Sin un perfil definido

En cuanto al perfil del ‘malo’ cibernético, desde la Benemérita apuntan que «no existe un perfil único para encasillar a un ciberdelincuente», dado que «eso dependerá del delito que se quiera cometer, ya que no se necesitan las mismas habilidades para suplantar una identidad que para acceder a un sistema, por ejemplo».

No obstante, el Cuerpo destaca que «este tipo de delincuentes van evolucionando, aprendiendo y adaptándose sobre la marcha», por lo que «nos podemos encontrar desde una persona que se ha encontrado una tarjeta bancaria y ha sentido el impulso de hacer uso de ella a través de compras por Internet, sin tener gran habilidad informática, hasta organizaciones criminales más especializadas y con altos conocimientos de informática».

El Instituto Nacional de Ciberseguridad ofrece a la ciudadanía los servicios de la Oficina de Seguridad del internauta: se pueden resolver dudas a través del 017.

30.000 euros a una ciberpareja a la que jamás ha visto

El Cuerpo calcula que alrededor de un 80% de los delitos tecnológicos que se dan en la comunidad murciana son estafas, muchos relacionados con las páginas para buscar pareja, en las cuales los autores emplean perfiles falsos. Hay víctimas que han llegado a dar «30.000 euros a alguien a quien no han visto nunca», revela Sevilla, que insiste en que, cuando se sospeche que se ha podido caer en un tipo de engaño así, «siempre hay que denunciar todo» o al menos, llamar para informarse. «Todos podemos ser objeto de un tipo de estafa así», subraya la agente especializada.

Tal vez sea el delito más afectivo, pues, en este caso, aparte del dinero, también están en juego los sentimientos. El ciberdelincuente utiliza un perfil falso para enamorar románticamente a la víctima, no obstante, en muchas ocasiones ni siquiera llega a hablar con él por teléfono. Una vez que ha conseguido ganarse su confianza, la manipula para pedirle dinero.

Los estafadores románticos conocen las artes de la seducción y del engaño para ir sacando a sus víctimas, de forma online, todo el dinero, los objetos y las comodidades posibles.  

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