Un menor de 13 años, alumno del colegio Monteagudo de Murcia, apuñaló ayer por la mañana hasta en tres ocasiones a un profesor, que tuvo que ser trasladado a un centro sanitario, aunque su estado no reviste gravedad. El Centro de Coordinación de Emergencias 112 recibía el aviso del suceso cerca de las once de la mañana a través de una llamada del centro educativo, gestionado por el Opus Dei, alertando de que un alumno había apuñalado a un profesor por la espalda cuando ambos se encontraban en clase y este último estaba escribiendo en la pizarra.

El profesor, de 41 años, tuvo que ser trasladado al hospital Morales Meseguer con una herida en la espalda, según las fuentes, y el joven fue llevado a las dependencias del Grupo de Menores de la Policía Nacional, a la espera de que la Fiscalía decida sobre su situación. La agresión movilizó hasta el colegio, ubicado en el Carril Condomina de Murcia, a sanitarios del 061 y a agentes de las policías Nacional y Local. 

Desde el centro educativo sintieron «mucho» lo ocurrido y aseguraron que trabajan «a diario» para que los alumnos «crezcan en un clima escolar donde vivan el respeto y la buena convivencia entre todos». A través de un comunicado, el colegio murciano informó de que notificaron lo ocurrido a la Consejería de Educación, que les explicó el protocolo a seguir. «El profesor está fuera de peligro. Confiamos en su pronta recuperación», afirmaron desde el centro.

«¿Ha muerto el profe?»

La inocencia y la curiosidad de los más pequeños resonaban ayer sobre el mutismo impuesto entre padres, profesores y trabajadores del centro. En corrillos en el patio del colegio o directamente acribillando a preguntas a los monitores del recreo, los más pequeños solo hablaban del incidente, que ya había llegado a sus oídos. «¿Ha muerto el profe?». «Dicen que se va a poner bien. ¿Es verdad que le han clavado unas tijeras?».

Preguntas lanzadas al aire que los vigilantes de patio, ante la mirada de los periodistas, trataban de acallar mientras alejaban a los menores de la valla perimetral del centro. Entre los padres se creó un clima de nerviosismo: «Es un colegio muy tranquilo, no nos han comunicado nada desde el centro. Los padres se están enterando por la prensa. Nos sorprende mucho lo que ha ocurrido. Da mucha tristeza que un niño tan joven sea capaz de hacer lo que ha hecho», afirmó Noelia, una madre que se acercó al centro para recoger a sus hijos.

Alfonso Cabadés, otro de los pocos padres que fue a mediodía al centro, lamentó que «en un colegio como este ocurran estas cosas». Entre los grupos de padres «se comenta que el menor tenía problemas con el profesor». Y manifestó que no se puede permitir que las cosas se solucionen así, «menos en un centro como este».

Piden más atención psicológica

Por otra parte, el sindicato Comisiones Obreras pidió ayer a la Consejería de Educación que «dote de herramientas de atención psicológica a los centros escolares» tras lamentar esta agresión y denunciar que equipos directivos y claustros «llevan tiempo avisando de la situación de tensión emocional que se vive en ellos». El sindicato instó al Gobierno regional a cumplir con su obligación de proporcionar recursos a los centros para que puedan hacer frente a la presión emocional diaria que se vive en las aulas como consecuencia directa de los dos años de pandemia.