La Fiscalía pide dos años y seis meses de prisión para un exconcursante de Gran Hermano Revolution, el murciano José María, por un delito de abusos sexuales cometido en noviembre de 2017 en la casa de Guadalix de la Sierra (Madrid) desde la que se desarrollaba el reality de Telecinco. Este martes iba a empezar el juicio en Madrid, pero no ha sido así. La víctima, Carlota Prado, no acudía a los tribunales por problemas de salud, explicó su letrado, y la vista oral se aplaza.

El abogado de la joven declaró a los medios presentes en la puerta de los juzgados que su cliente "tiene un problema de salud y no está en condiciones de declarar".

"Aquí se va a juzgar un abuso sexual sin penetración por un error de procedimiento en la instrucción", aseveró el letrado ante los micrófonos de los periodistas congregados. La chica está, dijo su abogado, ingresada en un centro psiquiátrico desde el pasado diciembre por graves problemas mentales.

"Aquí se va a juzgar un abuso sexual sin penetración por un error de procedimiento en la instrucción", opina el abogado de la joven

Dado que los hechos que se han de enjuiciar tuvieron lugar hace casi un lustro, a la hora de dictar sentencia previsiblemente se tendrá en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas, al haber transcurrido mucho tiempo desde que ocurre algo y hasta que la Justicia se pronuncia.

La representación letrada de José María, por su parte, ha dicho que la joven ha tenido "mucha actividad" en redes sociales en los últimos tres días y ha subrayado la "contraproducente situación" de internamiento interesada por parte de Carlota. El murciano sí se presentó en el juicio.

El representante del Ministerio Público reclama además una indemnización de 6.000 euros por los daños morales causados a la mujer, la misma cantidad que pide a la productora del programa, Zeppelin TV, por los daños ocasionados a Carlota al mostrarle, a solas, las imágenes grabadas de lo sucedido, que no se emitieron en ningún momento en antena.

"Estaba inconsciente"

Una semana después de la expulsión de José María y tras el abandono provisional de Carlota de la casa, la joven, a su vuelta, explicó a cámara qué sucedió la noche de autos. Su versión de lo ocurrido fue entonces la siguiente: “Estaba inconsciente” cuando ocurrió “un hecho grave y desagradable”. Y aunque en un primer momento renunció a tomar medidas legales contra el presunto agresor, finalmente la joven sí denunció. Al murciano y a la productora. Se inició entonces el proceso judicial que truncó la pandemia. Telecinco no ha vuelto a emitir ninguna edición de Gran Hermano con concursantes anónimos (sí la VIP, con famosos y rostros populares de la cadena, y ahora tiene en la parrilla Secret Story, un formato parecido).

“Me compadezco y siento verdadera lastima por todas las personas que intentáis enterrar lo que me pasó y os ruego encarecidamente que repaséis vuestra moralidad”, escribía recientemente la joven Carlota en sus redes sociales.

Lo que dice la Fiscalía

La Fiscalía tiene claro que aquella noche el murciano, "guiado por un ánimo libidinoso y a sabiendas del estado de semiconsciencia en que se encontraba y aprovechándose de esta circunstancia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual, pese a que balbuceando débilmente, dijo "no puedo".

A continuación el acusado apretó su cuerpo contra el de la joven "en aras de satisfacer su deseo sexual, pese a que ella hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara".

Al mismo tiempo José María pidió "en varias ocasiones a la concursante que abriera los ojos, pero la víctima permaneció inmóvil". Cuando ya el acusado le preguntó cómo se encontraba, ella "sólo" acertó a responder que se quitara, "momento en que aquélla se giró quedando de espaldas al acusado".

La Fiscalía pone de manifiesto en su escrito que José María, tras cubrir a ambos con un edredón "continuó realizando tocamientos, frotamientos y movimientos de contenido netamente sexual, despojando a la víctima de su vestimenta, liberándole parcialmente de su ropa interior y desabrochándole el sujetador, pese a que ésta se encontraba ya en estado de inconsciencia".