La Fiscalía pide dos años y seis meses de prisión para un exconcursante de Gran Hermano Revolution, el murciano José María, por un delito de abusos sexuales cometido en noviembre de 2017 en la casa de Guadalix de la Sierra (Madrid) desde la que se desarrollaba el reality de Telecinco.

Una semana después de la expulsión de José María y tras el abandono provisional de Carlota de la casa, la joven, a su vuelta, explicó a cámara qué sucedió la noche de autos. Su versión de lo ocurrido fue entonces la siguiente: “Estaba inconsciente” cuando ocurrió “un hecho grave y desagradable”. Y aunque en un primer momento renunció a tomar medidas legales contra el presunto agresor, finalmente la joven sí denunció. Al murciano y a la productora. Se inició entonces el proceso judicial que truncó la pandemia. Telecinco no ha vuelto a emitir ninguna edición de Gran Hermano con concursantes anónimos (sí la VIP, con famosos y rostros populares de la cadena, y ahora tiene en la parrilla Secret Story, un formato parecido).

"Mi honor aquella noche ya se vendió", escribía recientemente la concursante en sus redes sociales

“Me compadezco y siento verdadera lastima por todas las personas que intentáis enterrar lo que me pasó y os ruego encarecidamente que repaséis vuestra moralidad”, escribía recientemente la joven Carlota en sus redes sociales.

El Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid ha citado para el martes próximo el juicio por esta causa en la que el Ministerio Público reclama además que el acusado indemnice con 6.000 euros a la víctima, la entonces concursante Carlota Prado, por los daños morales que le causó. "Mi honor aquella noche ya se vendió", decía la víctima en sus cuentas personales.

El fiscal solicita que la productora del programa, Zeppelin Televisión S.A.U., pague la misma cantidad a Carlota como indemnización por los daños ocasionados a raíz de la exhibición de las imágenes grabadas.

"Casi conseguí suicidarme con pastillas recetadas por mi psiquiatra", confesó la joven

En su escrito de acusación la Fiscalía recuerda que el objeto del programa es la retransmisión durante 24 horas de la convivencia de los participantes conforme a un reglamento, "del que se deduce una relación de trabajo de los concursantes con la productora".

Añade que los hechos comenzaron a las ocho de la tarde del 3 de noviembre de 2017 con ocasión de una fiesta en la casa para la que "el programa suministró a los concursantes bebidas alcohólicas".

Relación sentimental

El fiscal explica que en la vivienda se encontraba también Carlota, con quien el acusado había comenzado una relación sentimental unos cincuenta días antes.

Relata que la joven, que en la fiesta había ingerido escasos alimentos, bebió al menos cuatro "chupitos" de tequila, "por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche".

Así, sobre la una y media de la madrugada, cuando ambos se encontraban en el dormitorio que ocupaban, José María, "que ya se había desprendido de sus pantalones, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo, momento en el que la joven conservaba la totalidad de su vestimenta", afirma la Fiscalía.

Agrega que el acusado "se introdujo en la cama mientras la joven permanecía en silencio y con los ojos cerrados realizando movimientos lentos y pesados debido a su estado" y aprovechándose de esta circunstancia, "a sabiendas de su estado de semiinconsciencia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual pese a que ella balbuceando débilmente dijo: No puedo".

Desasosiego y perturbación de ánimo

"A continuación el acusado apretó su cuerpo contra el de la joven pese a que ella hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara" y aunque José María pidió varias veces a la concursante que abriera los ojos esta permaneció inmóvil", explica la Fiscalía.

Cuando el acusado le preguntó cómo se encontraba "ella solo acertó a responder que se quitara, momento en el que ella se giró quedando de espaldas al acusado", siempre según el Ministerio Fiscal.

La Fiscalía pone de manifiesto que José María continuó realizando bajo el edredón tocamientos y movimientos de contenido netamente sexual, "despojando a la víctima de su vestimenta, liberándole parcialmente de su ropa interior y desabrochándole el sujetador pese a que ella se encontraba ya en estado de inconsciencia".

Sobre las dos menos veinte de la madrugada la joven se destapó la cara y un brazo "dejando ver su estado inerte, lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visionado de la grabación, quien hasta ese momento no estaba en condiciones de saber lo que estaba ocurriendo, dado que el acusado había utilizado el edredón para taparse él y tapar a su compañera".

Las imágenes grabadas de estos hechos fueron exhibidas a la joven en la mañana siguiente en una sala aislada denominada 'Confesionario de Gran Hermano', "encontrándose sola y sin más compañía que la voz en off del conocido como 'Súper'", indica el fiscal.

Advierte de que ello le provocó un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos ocurridos horas antes le habían producido.

"No os tengo miedo. El miedo lo perdí cuando casi consigo finalmente suicidarme, con pastillas recetadas por mi psiquiatra a raíz de mi paso por vuestro circo romano, y la que estuvo ahí fue mi madre, no vosotros", sentenció la víctima.