Casi cuatro años después del doble crimen, arranca el juicio contra el único sospechoso. La Audiencia Provincial de Murcia es escenario este viernes del inicio de la vista oral por el doble parricidio cometido en Las Torres de Cotillas. El joven Iván G. P., para quien la Fiscalía pide medio siglo entre rejas, se sienta en el banquillo acusado de asesinar a su madre, Antonia, y a su hermano pequeño, Miguel Ángel, en la madrugada de Martes Santo de 2018. "Yo reconozco que no soy una persona fácil, no soy un angelito", comentó este viernes el individuo, de 31 años, en su declaración, donde insistió en que él no ha matado a nadie.

Tiene claro el Ministerio Público que aquella madrugada el hermano mayor, al llegar a su casa tras salir de fiesta por Murcia, inició una pelea con el pequeño en el transcurso de la cual agarró una reactancia (un instrumento que, admitió el mismo Iván, usaban para cultiva marihuana) y una pesa de gimnasio y comenzó a golpear al chico, hasta matarlo. 

La madre se habría despertado al escuchar los gritos, habría bajado corriendo las escaleras, en ropa interior, y por eso habría perdido la vida a manos de su hijo mayor. La mató, sostiene la Fiscalía, para que ella no contase que había visto cómo él asesinaba a su hermano. Este viernes, Iván G. P. subrayó que "la Policía no ha hecho bien su trabajo" y que prueba de ello es que él está en el banquillo.

La fiscal, Eva Álvarez, al comienzo de la vista, detalló que el hecho de ver que los cuerpos estaban colocados con cuidado llamó la atención a los forenses y a los investigadores. Tuvieron claro los especialistas que un sicario jamás habría recostado el cadáver en el sofá ni echado una manta por encima de él.

"Tiene un coeficiente de 133 y, pese a su gran inteligencia, no ha conseguido engañar a la Policía", dice la acusación

A continuación, el abogado que representa los intereses del hijo pequeño de Miguel Ángel y los de la hermana de Antonia, José Ángel Alfonso, dijo al jurado que "el acusado les va a mentir, tiene derecho a ello, como lleva mintiendo cuatro años a su padre". Comentó que Iván tiene un coeficiente de 133 y "pese a su gran inteligencia, no ha conseguido engañar a la Policía ni a la jueza de instrucción de Molina de Segura, que decretó la prisión provisional hasta hoy". “Si hubiera tenido un coeficiente intelectual tan alto, ‘fuera’ huido”, alegaría luego, textualmente, el acusado.

Calle Asturias, en Las Torres, acordonada momentos después del hallazgo de los cuerpos. CRISTÓBAL OSETE

"Iván es inocente", subrayó, acto seguido, el letrado del joven, Luis Santos, que insistió que "las pruebas van a demostrar que él apenas permaneció 25 minutos seguidos en su domicilio, y que no estaba cuando una vecina escuchó los gritos de 'socorro, socorro'. Y unas cámaras de seguridad van a demostrar que no estaba, que estaba con otro testigo".

"Conforme abrí la puerta y vi la mancha de sangre en el suelo, noté que algo pasaba", declara el joven

"Iván encontró el cuerpo sin vida de su hermano solamente, pidió ayuda a los vecinos, ayuda que no encontró, y se fue al cuartel de la Guardia Civil. No huyó. Él no se dedicó a decir 'voy a quitarme de en medio', siendo conocedor de las ventajas que nuestro Código Penal le habría concedido de haber confesado: podría estar ya en la calle", manifestó Santos.

Después, este mismo abogado alegó que el tribunal está mal constituido, que "lo que procede es una nueva selección de jurado", ya que se constituyó y no pudo empezar el juicio, precisamente porque este letrado cogió coronavirus. Luego pidió que se pusiese en libertad a Iván, porque este sábado es 5 de febrero y se cumplen los dos años que fue prorrogada la prisión provisional.

La fiscal contestó que "la ley permite un máximo de cuatro años de prisión provisional" y que procede mantenerla. "La fecha que ya no se puede prorrogar de ninguna de las maneras es el 27 de marzo de 2022", resaltó, en la misma línea, el abogado de la acusación, que cree que lo planteado por Santos no tiene sentido alguno.

Iván, de pie, al inicio de su declaración en la Audiencia. LA OPINIÓN

El magistrado anunció que, respecto a la petición de libertad, dictará una resolución, con fecha de este viernes 4, y que en 24 horas se le notificará a las partes.

La declaración de Iván

Cuando llegó su turno, Iván se puso de pie. Contó que entonces consumía "habitualmente, hachís y marihuana, no lo niego. Me fumaba un porrito y me dormía". "Esporádicamente, cocaína, me la echaba en las encías, que tengo problemas de encías". Esa noche "dos rayas me metí".

Explicó que esa noche estuvo de fiesta por varias localidades, aseguró que se desplazó a su casa a mitad de la noche para coger tabaco y un batido de chocolate para una amiga suya y que luego dejó a la chica en su casa en su coche. Después "me fui a La Fama, compré sustancias estupefacientes, diez euros en cocaína, y me fui a mi casa".

"En mi casa, a partir de ciertas horas, tenías que dejar los zapatos fuera, porque mi madre madrugaba"

Al llegar al domicilio de Las Torres, "me subí a mi habitación, me enchufé el móvil... los zagales jóvenes estamos más enganchados a eso, más pendientes". "En mi casa, a partir de ciertas horas, tenías que dejar los zapatos fuera, porque mi madre madrugaba". Así que esa noche se quitó "los bambos, unos Nike, que siempre llevo Nike".

Siempre según Iván, volvió a salir de su casa, para dirigirse a Murcia y darle parte de la droga a un amigo suyo. "Yo apagué el móvil porque se cargó muy poquito", argumentó. Y, luego, declaró, regresó al domicilio familiar.

"Las luces estaban encendidas, la puerta la abrí yo, con la llave, meter la llave, girar un poquito y se abría. Conforme abrí la puerta y vi la mancha de sangre en el suelo, noté que algo pasaba. Estaba mi hermano, pero ya no estaba en la rinconera. Estaba rojo".

"Llevo 1.382 días recordándolo perfectamente todo", aseguró

"Sí que reconozco que ahí perdí la cabeza. Y subí a ver a mi madre. Al no ver a mi madre, salí a pedir ayuda a la vecina de enfrente", recalcó, para añadir acto seguido que él en su cuarto guardaba 20.000 euros.

A Miguel Ángel "lo cojo, pecho contra pecho", pues "yo quería creer que estaba vivo". Después "creo que fui al baño, a la cocina... no sé concretar ahora mismo. Al no ver a mi madre, pensé que había venido mi padre de estar con ese hombre y se habían ido a tomar café".

Gritos y sangre en la panadería

Los vecinos contaron entonces la escena: de madrugada, el joven Iván, descompuesto, salía de la vivienda familiar, ubicada en la calle Asturias de Las Torres de Cotillas, gritando. Se dirigía a una panadería que había en su misma calle y dejaba una huella ensangrentada en el cristal.

"La panadera se asustó. Vi al panadero, le pegué cuatro puñetazos a la furgoneta, lo reconozco. Claro que le pido ayuda, es de lógica", manifestó Iván. "Tiro por dirección prohibida, rocé coches, no lo llegó... hasta que llegué a la Guardia Civil y lo primero que hacen es meterme en el calabozo como un perro".

Diría luego a los investigadores que fue él quien halló a su hermano sin vida, y negó tajantemente haberlos matado. Tras todo un día de interrogatorios, el chico era arrestado. Era Martes Santo de 2018. 

Exequias por los difuntos Antonia y Miguel Ángel. Juan Caballero

"Se necesitaban cuatro tíos para hacer frente a mi hermano. Ni golpeé a mi hermano ni maté a mi madre, porque eso se respetaba".

"Un santo no soy, si yo lo reconozco", reiteró el chico. "Cuando yo me enteré de que mi madre había fallecido, había delante tres guardias civiles y mi letrado. Que diga la Guardia Civil si esos llantos eran manipulados o qué eran".

"Llevo 1.382 días recordándolo perfectamente todo", aseguró. Tachó de "perfecta" la relación con su hermano, aunque "teníamos nuestros trapicheos". También dijo llevarse muy bien con su madre.

"Usted y yo sabemos que yo no soy un asesino", dice Iván al abogado de su tía y su sobrino

"Usted y yo sabemos que yo no soy un asesino", dijo Iván al abogado José Ángel Alfonso. "Si yo estuviera loco, ya habría agredido a la mitad de la sala, pero yo tengo valores y principios", hizo hincapié.

Iván relató, horas después del crimen, a los investigadores que hablaron con él que hacía unos días había abordado una operación de venta de droga que no salió como esperaba. Él dejó a deber dinero a unas personas. Desde aquel momento, siempre según su versión, estaba recibiendo amenazas de muerte. Y quienes acabaron con la vida de su madre y hermano, insistió, eran personas que tienen que ver con el narcotráfico

Los expertos de la Policía Judicial contaron desde el principio con bastantes indicios para inculpar al hermano mayor de la familia, el que este viernes reiteraba de nuevo su inocencia. Entre ellos, la forma en la que dejó el cuerpo de la madre. Asimismo, los profesionales de la Científica hallaron en la casa una pesa de gimnasio manchada de sangre, que se correspondía con el arma con la que fueron asesinados, a golpes, madre e hijo.

La incredulidad del padre

El padre de familia, Julio, no se encontraba en el hogar familiar el día del doble crimen, ya que estaba cuidando de una persona enferma. Tras lo sucedido, se trasladó a la casa de su hermano y su cuñada, todavía en estado de shock. Lo único que se le pasaba por la cabeza, dijeron entonces desde su entorno, es que Iván no fuese el responsable del crimen. En enero de 2021, Julio era sorprendido mientras llevaba droga a la cárcel a su hijo.

En el Juzgado de Guardia, el hombre reconoció que en la suela de sus chanclas iban ocultos casi 24 gramos de hachís y 0,24 gramos de cocaína, para dárselos a Iván. Julio se conformó con cumplir la pena de un año y seis meses de cárcel y pagar una multa de 160 euros, según el acuerdo alcanzado por la Fiscalía y su defensa.

"Me lo tienen que demostrar"

En el juicio por el doble crimen de su esposa y su hijo pequeño, Julio se persona como actor civil y cuenta con el letrado Ali Martínez. Este viernes por la tarde comparecía en calidad de testigo. Preguntado por si cree que Iván mató a su esposa y a su hijo pequeño, Julio dijo: «Me lo tienen que demostrar». Si así queda acreditado, «reclamaría todo» en concepto de indemnización.