Actualmente, el vigente Código Penal establece que, quien maltrate a un animal que esté domesticado o amansado, puede ser condenado como máximo a 18 meses de cárcel. Sin embargo, rara vez la pisan. 

Es el caso de un individuo, cuyas iniciales son F. M. S., que en verano de 2020 admitía ante la Policía Local de Alhama de Murcia haber matado a golpes a un gato.

Sobre las diez de la mañana, los municipales recibieron un aviso en el que se alertaba de que había un sujeto pegando repetidas veces con un palo al felino, hasta darle muerte.

«Acudimos al lugar y nos entrevistamos con el presunto responsable, el cual manifestó ser el autor de los hechos, guiando a la patrulla al sitio en donde se encontraba el cuerpo del animal», apuntaban entonces fuentes de este cuerpo a LA OPINIÓN.

Cuando comenzó a golpear al felino, un vecino lo vio y alertó de lo que estaba pasando. La hermana de este individuo, una vez que el gato estaba muerto, lo metió en una bolsa y lo arrojó a un contenedor de basura Testigos afirmaron que las gotas de la sangre del felino eran visibles desde el lugar en el que el sujeto le dio muerte hasta el recipiente donde la hermana del mismo lo depositó.

Aunque entonces no llegó a ser detenido, sí se abrieron diligencias. Ahora, un año y medio después, el juzgado de Totana ha condenado a cuatro meses de prisión a este individuo.

Además de los cuatro meses de prisión, el acusado estará inhabilitado durante 16 meses para el ejercicio de profesión, oficio comercio que tenga relación con los animales y para tener mascotas.

El delito de maltrato animal se encuentra recogido en el Código Penal, que lo define como el hecho de, como hizo F. M. S., maltratar injustificadamente a los animales, mediante cualquier medio o procedimiento, causándoles lesiones que menoscaben gravemente su salud y está castigado con penas de tres meses y un día a un año de prisión.